En este ensayo exploramos los supuestos epistemológicos y ontológicos que se adoptaron para que la ciencia política fuera “científica”. Mostramos que adoptó en general una filosofía ontológicamente reduccionista de la ciencia derivada de la física newtoniana. Este marco mecánico tiene problemas y restricciones en su poder explicativo porque el énfasis en el análisis del equilibrio es inadecuado para el estudio del cambio político. Describimos las principales diferencias entre una ontología evolucionista de la ciencia social y la filosofía basada en la física que se suele utilizar. Por último, mostramos que el pensamiento evolutivo mejora la comprensión de fenómenos políticos y preguntas de investigación que son de importancia central en este campo, como la formación de preferencias