Este tema tiene gran impor-tancia práctica y teórica para comprender las diferencias individuales en la ansiedad tanto en poblaciones normales como clínicas. Existe un cre-ciente interés desde los años 70 en los factores cognitivos asociados con la ansiedad. Especialmente, se encontró que los individuos ansiosos manifiestan cierta variedad de sesgos cognitivos cuando tratan con estímulos relacionados con una amenaza (Dalgleish y Watts, 1990). Por ejemplo, las personas normales con un alto rasgo de ansiedad y los pacientes que padecen trastornos de ansiedad generalizada tienen un sesgo atencional selectivo y un ses-go de interpretación. El sesgo atencional selectivo se manifiesta por un procesamiento preferente de estímulos relacionados con la amenaza sobre los estímulos neutrales, y el sesgo de interpretación se muestra por una tendencia a interpretar los estímulos ambiguos de una forma amenazadora (Eysenck y Byrne, 1994)