El masoquismo femenino y la política de la transformación personal

Abstract

Ser a la vez un ser sexual y un agente moral puede ser verdaderamente perturbador: no es de extrañar que los filósofos hayan deseado que nosotras pudiéramos deshacernos enteramente de la sexualidad. Por ejemplo, ¿qué hacer cuando la estructura del deseo está en guerra con los principios de uno? Ésta es una pregunta difícil para cualquier persona con conciencia, pero tiene una intensidad particular para las feministas. Una primera contribución teórica del análisis feminista contemporáneo acerca de la opresión de las mujeres puede ser resumida en el eslogan «lo personal es político.» Lo que esto significa es que la subordinación de las mujeres por los hombres penetra y ordena la relación entre los sexos en cada área de la vida, que la política de dominación sexual es tan evidente en las esferas privadas de la familia, la vida social cotidiana, y la sexualidad como en las esferas tradicionalmente públicas de gobierno y la economía. La creencia de que las cosas que hacemos en el seno de la familia o en la cama son «naturales», o si no, al menos una función de las idiosincrasias personales de los individuos privados, se sostiene para crear una «cortina ideológica que oculta la realidad de la opresión sistemática de las mujeres.» Para una mujer feminista, dos cosas se deducen al descubrir que la sexualidad también pertenece a la esfera de lo político

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