El autor ha logrado narrar el desarrollo colombo–europeo de la Segunda Guerra Mundial, esto es, las discusiones sobre las repercusiones que el conflicto europeo tuvo para Colombia, mediante el análisis del tratamiento que dos ideologías políticas colombianas, la conservadora y la liberal, realizaron del curso de la guerra en las editoriales de El Colombiano, El Siglo y El Tiempo. De este modo y como se verá, este libro ha confirmado que sí puede narrarse la Segunda Guerra Mundial desde este lado del Atlántico, desde el continente americano y, específicamente, desde Colombia

Navia Hoyos, Mateo

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Vera Wilmar, Entre el temor y la simpatía. La Segunda Guerra Mundial vista desde la prensa colombiana.

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273ReseñasHistoria y sociedad No. 17, MedellíN, coloMbia, julio-dicieMbre de 2009, pp. 237-282De Gaulle ha decretado luto nacional por la muerte de Roose-velt. No hay luto nacional por los deportados muertos. […] Francia llevará luto por Roosevelt. El luto por el pueblo no se lleva.Marguerite Duras1Ante la pregunta de si fue la Segunda Guerra Mundial un conflicto puramente europeo, este libro responde de manera negativa. El autor ha logrado narrar el desarrollo colombo–europeo de la Se-gunda Guerra Mundial, esto es, las dis-cusiones sobre las repercusiones que el conflicto europeo tuvo para Colombia, mediante el análisis del tratamiento que dos ideologías políticas colombianas, la conservadora y la liberal, realizaron del curso de la guerra en las editoriales de 1 duras, Marguerite, El dolor, Barcelona, Alba, 1999, p. 41.El Colombiano, El Siglo y El Tiempo. De este modo y como se verá, este libro ha confirmado que sí puede narrarse la Segunda Guerra Mundial desde este lado del Atlántico, desde el continente americano y, específicamente, desde Colombia.En las primeras páginas de su libro, el profesor Wilmar Vera explicita los contornos y las fuentes elegidas para su investigación:Los problemas que planteo en esta investigación tienen que ver, sobre todo, con una serie de inquietudes relativas a la his-toria de las ideologías y de los imaginarios políticos expresados en varios medios masivos de co-municación, tanto de la corriente liberal como conservadora. Para ello me centro en los diarios El Colombiano, de Medellín; El Tiempo y El Siglo, de Bogotá, abordando las páginas y notas editoriales, porque es allí donde Vera Wilmar, Entre el temor y la simpatía. La Segunda Guerra Mundial vista desde la prensa colombiana, Pereira, El Arca Perdida, Universidad Católica Popular de Risaralda, 2007, 268 p.274 ReseñasHistoria y sociedad No. 17, MedellíN, coloMbia, julio-dicieMbre de 2009, pp. 237-282mejor se reflejan los pensamien-tos, medios y esperanzas gene-radas durante la conflagración2.A su vez, pueden añadirse dos clarifi-caciones importantes para el período de la Segunda Guerra Mundial –de 1939 a 1945– desde Colombia. Primero, que los periódicos El Colombiano, de Medellín, y El Siglo, de Bogotá, mantenían una clara orientación conservadora, y que El Tiempo, de Bogotá, una clara orien-tación liberal. Segundo, que durante los años de la guerra, Colombia estuvo gobernada por dos presidentes liberales, Alfonso López Pumarejo (1936–1940), Eduardo Santos Montejo (1940–1944) y, a partir de 1944, López Pumarejo nuevamente. Y son determinantes estas demarcaciones porque harán com-prensibles dos virajes fundamentales. En primer lugar, que mientras en una primera instancia los conservadores respaldaron los proyectos totalitarios de los nazistas alemanes y los fascistas italianos y rechazaron con ahínco los proyectos comunistas provenientes de la URSS; en una segunda instancia, celebraron las victorias de la URSS ante los alemanes e italianos, cuando ésta se unió con los Aliados a la reconquista de la democracia. Y, en segundo lugar, que el viraje mencionado repercutió en 2 vera, Wilmar, Entre el temor y la simpatía. La Segunda Guerra Mundial vista desde la prensa colombiana, Pereira, El Arca Perdida, Universidad Católica Popular de Risaralda, 2007, p. 12. Poste-riormente, se descubre que el profesor añade las Actas del Senado de Bogotá como fuentes adicio-nales, y una seleccionada bibliografía sobre actores representativos de la Segunda Guerra Mundial, tanto nacionales como extranjeros.Colombia del siguiente modo: mientras el rechazo conservador de la URSS se reflejó en enfrentamientos contra la corriente liberal, con la celebración de sus victorias, los conservadores apa-ciguaron sus pugnas con los liberales.Ahora bien, al referir el contenido del libro, debe indicarse que Entre el temor y la simpatía cuenta con diez capítulos y un epílogo, además del pró-logo y la presentación. Los primeros dos capítulos, “Antecedentes del conflicto” y “Las relaciones de Colombia con Ale-mania y la URSS” sirven como marco histórico para instaurar la temática so-bre la Segunda Guerra Mundial. En el primero, el autor plantea el surgimiento del Fascismo y del Nacionalsocialismo de Italia y Alemania, respectivamente, como alternativas innovadoras para un mundo que se encontraba dividido entre capitalistas y comunistas. En el segun-do, el autor retoma, tanto la anotación sobre el convenio entre Colombia y Alemania de 18943, como la pugna que mantenían ideologías conservadoras co-lombianas con la URSS por su marcada búsqueda del comunismo. Así, tanto las buenas relaciones de Colombia con Alemania, como las re-pulsiones de los conservadores hacia la Rusia comunista, marcan un punto de partida importante, antes del desplie-gue de la guerra. Por un lado, porque 3 A este respecto, puede referirse una noticia a la que no alude el profesor Vera, pero que se enmarca en esta perspectiva del convenio entre Colombia y Alemania. Véase “Un barco es custodiado hoy por soldados nacionales”, El Colombiano, Medellín, septiembre 7 de 1939, p. 4.275ReseñasHistoria y sociedad No. 17, MedellíN, coloMbia, julio-dicieMbre de 2009, pp. 237-282la beligerante política expansionista de los alemanes, desembocaría en un totalitarismo repudiable. Y, por otro lado, porque de una actitud complacien-te de los rusos ante dicha expansión, los ataques de Alemania hacia Rusia, cambiarían el rostro de Stalin ante los conservadores, porque éste se habría ad-herido, en cierto modo, a la reconquista de la democracia. En los siguientes ocho capítulos, se despliega la narración de la Segunda Guerra Mundial desde la prensa co-lombiana, y se plantean las discusiones que se dieron en Colombia sobre las políticas que debían adoptarse en sus interrelaciones con los países que par-ticiparon de manera activa en la guerra y con aquéllos que debían asumir una posición clara ante el conflicto desde el Nuevo Continente. A continuación, serán referidos los contenidos princi-pales de cada uno de los capítulos, para exponer el despliegue de la guerra y las posiciones adoptadas por las ideologías colombianas.En el tercer capítulo, “La guerra en Europa”, Vera refiere que desde el comienzo de la guerra, explícitamen-te, desde el 1 de septiembre de 1939, cuando el Führer invadió Polonia, las ideologías políticas colombianas man-tenían, o bien una inclinación hacia las ideas nacionalistas alemanas e italianas, o bien una inclinación hacia las ideas democráticas impulsadas por los ingle-ses y algunos franceses que se oponían a los movimientos expansivos de los alemanes y los italianos.En el cuarto capítulo, “La cuna de la cultura vencida, 1941”, Vera alude a las reacciones en Colombia ante la caída de Francia y al avance de las tropas alema-nas sobre París, pues esto “implicó que Inglaterra seguiría sola la defensa de la democracia y esa situación llevaría a tomar partido por uno de los beligeran-tes al neutral gobierno de Roosevelt”4. De este modo y de manera paulatina, los diversos actores irían configurando la guerra que se volcaría mundial. Pues ante las incursiones de Alemania sobre París, y posteriormente hacia Holanda, la amenaza sobre Inglaterra, fue incre-mentándose cada vez más, mientras la neutralidad de países como Estados Unidos, si bien veían poco probable una rápida invasión alemana en sus territo-rios, debían respaldar la defensa de la democracia. Ahora bien, para el caso de Colombia, tales acontecimientos despertaron, entre liberales y conser-vadores, un debate sobre la neutralidad o la beligerancia, pues amurallarse con los defensores de la democracia, entre ellos, con Estados Unidos, implicaba resolver un viejo debate sobre el istmo de Panamá. Relacionado con lo anterior, en el quinto capítulo, “Inglaterra en el horizonte”, luego de que el intento de los alemanes por ingresar a Inglaterra fracasara y las tropas germanas fueran reasignadas hacia Europa Central, la discusión en Colombia sobre su res-paldo a Alemania, o a Estados Unidos, viró hacia una fuerte oposición al últi-4 vera, Entre el temor y la simpatía, p. 69.276 ReseñasHistoria y sociedad No. 17, MedellíN, coloMbia, julio-dicieMbre de 2009, pp. 237-282mo, porque “había cortado un trozo del territorio patrio y que, en esa hora de la guerra, aspiraba a una cooperación en la defensa del Istmo”5. Sin embargo y con la reelección de Roosevelt, sus impulsos de la llamada “Buena Vecindad”,[…] Implicó para los países ame-ricanos un sometimiento, consen-tido en la mayoría de los casos, a las necesidades de defensa norteamericanas. Colombia, por estar cerca al Canal de Panamá, se vio bastante influenciada por la política externa de defensa esta-dounidense. [Pues] La presencia de súbditos totalitarios circulando libremente por nuestro territorio, el trabajo de empresas que se podían considerar enemigas de la democracia por tener capital alemán, italiano o japonés (v.g., Scadta, Banco Alemán Antio-queño, compañías de químicos alemanas o hasta líneas navieras europeas) se constituyeron en amenazas para la estabilidad del continente6.De este modo, hacia 1940, la discu-sión colombiana sobre el istmo de Pana-má continuaba, pero tuvo que virar por la “requerida protección” de Colombia por parte de Estados Unidos.En el sexto capítulo, “La guerra total, 1941”, cabe resaltar tres hechos decisivos, que implicaron virajes 5 vera, Entre el temor y la simpatía, p. 94.6 vera, Entre el temor y la simpatía, p. 96. Importa referir sobre esta cuestión, el importante libro de Bushnell, David, Eduardo Santos y la política del buen vecino 1938-1942, Bogotá, El Áncora, 1984.importantes en Colombia. En primer lugar, la decisión nazi de enfrentarse a los rusos, despertó una encrucijada para Colombia, en tanto debía decidirse por su respaldo a los alemanes o a los rusos. En segundo lugar, el ataque japonés a Pearl Harbor (Hawai-Estados Unidos), que provocó el ingreso de Estados Unidos en la guerra y que Colombia se aliase con este país por los compromisos firmados en las conferencias de Lima, Panamá y La Habana. Y, en tercer lugar, que la Lista Proclamada de Nacionales Bloqueados, conocida como la Lista Negra, impartida por Estados Unidos, obligó a que el gobierno colombiano dictara “varias normas contra los 5.000 alemanes, 2.000 italianos y cerca de 300 japoneses residentes en Colombia”7.Con lo anterior, en el capítulo sép-timo, “La guerra llega a Colombia, 1942”, la defendida neutralidad colom-bianas promulgada en años anteriores, se vio interrumpida por los decretos 1500, 1552, 1756 y 1772, con los cuales se congelaron las cuentas bancarias y las demás inversiones de los nacionales pertenecientes al Eje –italianos, alema-nes y japoneses–8. Pero sería durante el 18 y el 24 de agosto de 1942 que se daría una importante transformación de la situación americana, ya que luego de que fueran bombardeados varios barcos brasileros, estadounidenses y británicos 7 vera, Entre el temor y la simpatía, p. 127.8 vera, Entre el temor y la simpatía, p. 142. A su vez, vale mencionar que el Eje fue conocido como “roBerto”, la integración de Roma, Berlín y Tokio, capitales de los países mencionados.277ReseñasHistoria y sociedad No. 17, MedellíN, coloMbia, julio-dicieMbre de 2009, pp. 237-282en el continente americano y de que la marina de guerra de Brasil lograra hundir uno de los barcos atacantes, el “22 de Agosto, por fin, el presidente Vargas [presidente de Brasil] declaró oficialmente la guerra al Eje y el res-paldo de varias naciones de América no se hizo esperar”9. Sin embargo, en este contexto, como dice el profesor Vera, cabe destacar que, si bien Colombia aprobaría el estado de beligerancia ante Alemania varios meses después, “[d]efinir si los colombianos deseaban o no entrar al conflicto desde las páginas de la prensa liberal y conservadora es difícil, pues ambos sectores mostraban un marcado favoritismo, bien fuera contra la guerra (El Siglo) o los que estaban de acuerdo (El Tiempo y El Colombiano)”10.Pero será en el octavo capítulo, “El Eje roto, 1943”, que la actitud dividida de las ideologías dominantes colombia-nas se recalque; pues, si bien se alimen-taba una actitud de beligerancia ante los países enemigos, también se transmitían pronunciamientos débiles sobre el in-greso de Colombia en la guerra. Por su parte, en el noveno capítulo, “El desquite, 1944”, se muestra cómo ése fue un año decisivo, no sólo porque los Aliados hubiesen dado pasos im-portantes en despejar Francia y ganar la costa de Normandía para comenzar la reconquista, sino que, en la prensa colombiana, “se podía notar un mar-9 vera, Entre el temor y la simpatía, p. 155.10 vera, Entre el temor y la simpatía.cado interés por publicar los logros de los aliados, dejando poco espacio para los éxitos alemanes o italianos”11. Así, Colombia aparecía ya dentro de la órbita Aliada, defendiendo y propugnando por la victoria de la democracia, del lado de los rusos12.Finalmente, en el capítulo décimo, “El milenio nazi que duró 12 años, 1945”, con la caída de los fascistas en Italia y con la de los nazis en Alemania, la prensa colombiana iniciaría desde ambas posturas ideológicas un balance pormenorizado de sus máximos repre-sentantes, Adolf Hitler –el Führer– y Benito Mussolini –el Duce–13, marcan-do un punto importante el alto al fuego declarado en Alemania el 9 de mayo de 1945.Pero el profesor Vera no detiene allí su narración, antes bien, aunque de una manera poco detallada, se refiere a las resistencias de Japón por detener su es-tado de beligerancia, lo cual conducirá 11 vera, Entre el temor y la simpatía, p. 193.12 A este respecto, dice el profesor Vera: “Recordó el diario liberal que antes del éxito de la invasión el fin de la pesadilla se evidenció en Stalingrado, ‘cuyo heroísmo tiene un porcentaje muy alto en las acciones de esta lucha contra el nazismo. Rusia libraba con la batalla por la liberación de su suelo invadido la batalla de la humanidad’, “La nueva batalla de Francia”, El Colombiano, Medellín, junio 7 de 1944. Palabras bastante diferentes a las que los hombres de Stalin se merecían años antes, cuando por avatares de la política se encontraban en el bando que para el momento se perfilaba como el seguro perdedor”. vera, Entre el temor y la simpatía, p. 202.13 Véase vera, Entre el temor y la simpatía, pp. 232-237.278 ReseñasHistoria y sociedad No. 17, MedellíN, coloMbia, julio-dicieMbre de 2009, pp. 237-282a la arremetida, por parte del presidente estadounidense Harry S. Truman, de arrojar dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de noviembre respectivamente14. De este modo, las muertes de los dirigentes y las dos bombas atómicas arrojadas por Estados Unidos sobre Japón cierran el recorrido de este libro, Entre el temor y la simpatía, de Wilmar Vera, con el cual se ha abordado una temática poco tratada en el entorno colombiano15. Así, el libro, además de narrar la historia de una guerra que no puede ser considerada exclusivamente europea, descubre para una historia de la política colombiana matices relevantes de las ideologías liberal y conservadora, al tratar sus afiliaciones o rechazos ideológicos de otras ideologías políticas mundiales.Finalmente, valga apuntar una ob-servación adicional, el profesor Vera no alude en todo su libro al Holocausto nazi perpetrado contra los gitanos, los rebel-des comunistas y otros opositores, los negros, los homosexuales, los judíos y 14 Al respecto, véase vera, Entre el temor y la sim-patía, pp. 235-246. Valga mencionar, a su vez, un texto sobre la bomba atómica publicado en aquella época: nieto arteta, Luis Eduardo, “La bomba atómica y sus consecuencias políticas”, Ensayos históricos y sociológicos, Bogotá, Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 65, en el cual se proponen dos aspectos relevantes, el viraje de la estrategia militar y la realización del modelo socialista mediante la utilización pacífica de la energía atómica. 15 De los pocos trabajos que se detienen en esta temática, véase arango arChila, Fabián Eduar-do, “La Segunda Guerra Mundial en la prensa colombiana”, Bogotá, monografía de pregrado, Departamento de Historia, Pontificia Universidad Javeriana, 2005.otras personas. Esta última observación, más que constituir una crítica, queda señalada para investigadores que po-drían estar interesados en encontrar en este libro, Entre el temor y la simpatía, una mención explícita al respecto, una alusión decidida al luto que no se lleva por el pueblo.Mateo navia hoyosFilósofo de la Universidad de Antioquia. Estudiante de la Maestría en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín. Profesor del pregrado en Ciencias Políticas del Departamento de Humanidades de la Universidad EAFIT. Dirección de contacto: ultimaletra@gmail.com

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