El artículo tiene dos propósitos: por un lado, mostrar de qué modo, entre 1929 y 1954, los estudiantes bogotanos rememoraron el 8 de junio, día en que de acuerdo a ciertas lecturas históricas y políticas, fue asesinado el universitario Gonzalo Bravo Pérez; por otro lado, identifi car las disputas que se dieron entre distintos sectores sociales y políticos de la ciudad al pretender imponer signifi cados a lo sucedido aquel día de 1929. Lo anterior permite observar cómo la reivindicación del 8 de junio, fecha que se convirtió en un lugar de memoria no sólo para la comunidad estudiantil, estuvo marcada por los hechos políticos del período de análisis, los cuales le imprimieron nuevos signifi cados. A partir de este estudio de caso, se pone en evidencia cómo la memoria histórica se construye y se preserva en medio de tensiones sociales y políticas al ser convertida en objeto de permanentes disputas