Resumen: el gran avance de la química orgánica se refleja en el creciente número de compuestos aislados o sintetizados, en la búsqueda constante de nuevas estrategias sintéticas para su obtención, así como en la diversidad de aplicaciones encontrada para esta clase de sustancias, cuya finalidad es ofrecer a mediano o largo plazo un beneficio a la sociedad. EI arduo e incesante esfuerzo de químicos como Friedrich Wöhler, quien en 1828 logró sintetizar por primera vez la urea; Félix Hoffmann (1897) quien obtuvo aspirina a través de una métodología que desde entonces se ha venido reproduciendo para disponer de un medicamento de uso mundial y Alexander Fleming (1928) que consiguió aislar penicilina, son algunos ejemplos que motivaron la expansión y desarrollo de la investigación en el campo de la química orgánica. Junto con ello, la comprobación del fenómeno de resonancia magnética nuclear, descrito paralelamente por el grupo de Purcell y de Bloch en (1946), convirtió a la década de los 50 en el preámbulo ideal para el advenimiento de esta técnica espectroscópica de identificación estructural, (fundamentalmente 1H-, 13C-RMN mono y bidimensional), que estimuló aún más el estudio de moléculas orgánicas y sus propiedades, superando una etapa inicial de separación de productos naturales por la alternativa del diseño sintético para su obtención, de esta forma, la síntesis orgánica emerge con una finalidad específica y un campo de aplicación ilimitado. En particular, la síntesis dirigida se ha orientado a la obtención de moléculas con potencial aplicación. Dentro de este marco de referencia, la generación de compuestos heterocíclicos se perfila como una las áreas de actual interés investigativo en virtud de las propiedades exhibidas por esta clase de compuestos, cuya aplicación se extiende tanto a la medicina, como a la agricultura, la industria y la ciencia básic