Facultad de Medicina. Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogotá
Abstract
Desde que Legg describió por primera vez la afección de la cadera que hoyes conocida con su nombre junto con los de Perthes y Calvé, el progreso que hemos realizado en la comprensión del mecanismo etiológico ha sido modesto. Es muy grande el número de autores que concuerdan hoy en día en que el factor responsable del desorden es vascular; prácticamente todos los investigadores que se han interesado en este problema se hallan de acuerdo en que su causa motivante es la interrupción del aporte sanguíneo a la cabeza femoral. Ya ésta fue la sospecha inicial de Legg, pero es curioso que después de 46 años todavía no exista unanimidad entre los autores respecto al mecanismo por el cual se produce la interrupción vascular. Las razones que pueden explicar este defecto de información son varias, pero entre ellas las que me parecen más importantes son dos: primera, el hecho de que existen hoy muy pocas preparaciones de cabezas de fémur afectadas por la osteocondritis en las cuales se hayan podido efectuar un estudio meticuloso del árbol vascular; la segunda causa, quizás aún más importante, es la carencia de conocimientos que poseemos sobre los cambios que ocurren en la vascularizació