La más ardua tarea de la naciente diplomacia de la República de Colombia fue el establecimiento de relaciones oficiales con Francia, en razón no solo del pacto de familia que ligaba a los borbones de las cortes de París y Madrid, sino también de los recelos que despertaba el sistema republicano en los gabinetes de Luis xviii y Carlos x. Con el fin de agilizar el reconocimiento, el gobierno de Bogotá se sirvió de numerosos agentes oficiales y oficiosos, de cuyas gestiones y experiencias se ocupa este artículo