El próximo 27 de abril se celebrarán elecciones presidenciales en Argentina. Se trata de las primeras de este tipo tras la traumática renuncia de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001. De acuerdo con las encuestas, lo más probable es que se tenga que ir a una decisiva segunda vuelta dada la gran paridad existente entre los candidatos. Frente a la elección hoy prima la incertidumbre política.
Las próximas elecciones presidenciales están marcadas por la incertidumbre. Incertidumbre con respecto a la identidad del ganador e incertidumbre sobre el modo en que se producirá su victoria. Disipar estos interrogantes es algo necesario para calibrar el desempeño del nuevo Gobierno, especialmente en el terreno político. De los numerosos candidatos que se presentan sólo cinco tienen alguna posibilidad de ganar, pero la elevada fragmentación existente, con tres candidatos peronistas y otros tres que vienen del radicalismo, indica la debilidad de los actuales partidos políticos. En el campo económico, especialmente después de la reactivación de los últimos meses, la circunstancia es algo diferente. Dada la cierta estabilidad existente, el margen de maniobra es menor y, si bien cada candidato tiene su estrategia, no hay mucho campo para la improvisación