Las negociaciones de las perspectivas financieras 2007-2013 se han desarrollado en un contexto político y económico sumamente adverso. Por un lado, la crisis económica imperante en la zona euro se ha traducido en una enorme presión sobre el presupuesto comunitario, que ha sufrido un recorte muy significativo en su cuantía global. Por otro, el espectacular crecimiento económico de España en el último decenio y la reciente ampliación al Este han situado a nuestro país muy cerca de la media comunitaria en términos de renta. La combinación de estos tres efectos explica en último término por qué el saldo español con la Unión Europea se va a reducir tan notablemente en el período 2007-2013. Con todo, el éxito negociador de España es indudable: el saldo global del período continuará siendo positivo para España; el Fondo de Cohesión se prorrogará para tener en cuenta el llamado “efecto estadístico de la ampliación”; las regiones más desfavorecidas de España continuarán recibiendo fondos (aunque éstos se reducirán de forma gradual); la Unión se implicará más aún en el control de los flujos migratorios; y, por último, se ha logrado la creación de un fondo tecnológico específico para España, algo inédito en la historia comunitaria. Todo ello se ha logrado mediante una labor diplomática muy tenaz, que arranca desde muy atrás, y cuyo mayor éxito ha sido cambiar completamente el planteamiento de las negociaciones, marcadas inicialmente por una alianza de los contribuyentes netos contra España, hacia un contexto más favorable en el que España ha logrado el apoyo y comprensión a sus demandas por parte de los tres grandes contribuyentes al presupuesto (Alemania, Francia y el Reino Unido)