La celebración del 50 aniversario de la firma del Tratado de Roma está poniendo de relieve lo acentuado de las divisiones en el seno de la Unión Europea.
La celebración del 50 aniversario del Tratado de Roma, el 25 de marzo de 2007, va a ofrecer una excelente oportunidad para averiguar la profundidad de las aguas que separan a los Estados miembros en cuanto al futuro de Europa y, más concretamente, del Tratado Constitucional. A priori, conmemorar lo logrado en estos 50 últimos años no debería ser objeto de grandes controversias: los logros en cuanto a la paz y prosperidad de Europa son evidentes y bien visibles. El caso es que, según se acerca la fecha, los Estados miembros, en lugar de sentarse a la mesa a reflexionar sobre lo logrado durante estos 50 años y discutir abiertamente acerca de qué se quiere lograr en las próximas décadas, parecen estar atrincherándose de cara a las inminentes negociaciones acerca del futuro del Tratado Constitucional