En este capítulo se comparan las tres Presidencias que hasta el momento ha ejercido España con el objetivo de valorar los factores que podrían condicionar la actuación presidencial de un Estado miembro. Esta comparación permite identificar las continuidades y cambios que tienen lugar en las actitudes y prioridades políticas y la concepción subyacente del proceso de integración europea. Dado que España tan sólo ha presidido la UE en otras dos ocasiones (1989 y 1995), es posible realizar un análisis detallado de estos mandatos, aunque esta circunstancia reduce la profundidad de los casos considerados, lo que podría evitar alcanzar conclusiones definitivas