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Por qué sigue importando el Presidente Bush

Abstract

El presidente de EEUU, George W. Bush, entra en el año 2006 en busca de un segundo comienzo para su segundo mandato. En noviembre de 2004, George W. Bush se convirtió en el primer presidente republicano en más de 100 años en ser reelegido con mayoría tanto en el Congreso como en el Senado. En aquel momento solicitó un mandato para proseguir una agenda audaz de iniciativas que iban desde mejorar la educación y la sanidad a nivel nacional hasta impulsar la democracia y la libertad en el exterior. Sin embargo, en lo que se ha convertido en una perfecta demostración de los riesgos políticos que entrañan las grandes ideas, Bush perdió impulso rápidamente y el primer año de su segundo mandato fue el de menor éxito de su presidencia hasta la fecha. Algunos analistas afirman que Bush se ha visto perjudicado por un patrón muy recurrente en el que prácticamente todos los segundos mandatos presidenciales de la historia estadounidense han tenido que hacer frente a algún tipo de catástrofe. De hecho, una serie de reveses a nivel nacional han debilitado la influencia de Bush sobre su propio partido, dando alas a la oposición. Como resultado, su capacidad para persuadir al Congreso de secundar su agenda se ha visto disminuida. Con elecciones al congreso a mitad del mandato presidencial ya a la vista, Bush espera rectificar el rumbo centrándose en los asuntos que cree que preocupan más a los estadounidenses fuera de Washington: Irak, la inmigración y la economía. ¿Puede Bush dar la vuelta a la situación? En este punto puede que la historia nos proporcione una respuesta: la mayoría de los presidentes estadounidenses de nuestro tiempo han sido capaces de recuperar terreno político perdido durante sus segundos mandatos

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