El presente análisis examina la estructura sociopolítica de Arabia Saudí, al tiempo que intenta evaluar si podrá hacer frente al conjunto de tensiones generadas por el desempleo entre los jóvenes, el llamamiento a la yihad por parte de los extremistas y el deterioro de sus relaciones con EEUU en un momento de incertidumbre en el liderazgo del país.
El reino de Arabia Saudí, tan esencial para la economía mundial, no sólo debe hacer frente a la amenaza de los extremistas terroristas, sino también al desempleo entre los jóvenes y a una relación con EEUU en proceso de deterioro. Atrapado entre la necesidad de tomar medidas enérgicas para combatir toda forma de disidencia y la necesidad de abrir la sociedad para llevar el país al siglo XXI, el propio liderazgo saudí se halla en un estado de incertidumbre sobre el futuro, sin saber muy bien si aferrarse a su posición privilegiada, o si adaptarse e introducir alguna fórmula que permita algún tipo de reparto del poder. Enfrentado a tales retos, este año resultará crucial para el régimen saudí. El país requiere cambios, pero éstos deberían realizarse desde dentro, en lugar de serle impuestos por terroristas o por una potencia extranjera