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Cómo la demanda de petróleo determina la política exterior estadounidense

Abstract

Uno de los retos más espinosos en materia de seguridad nacional al que se enfrenta EEUU en la actualidad es su excesiva dependencia del petróleo procedente de algunas de las zonas más inestables del mundo*. EEUU es la mayor economía del mundo y la más avanzada tecnológicamente, y sin embargo los combustibles fósiles continúan siendo la columna vertebral del sistema estadounidense. De hecho, EEUU es el mayor consumidor de petróleo del mundo, pero depende de productores extranjeros para satisfacer la mayor parte de su demanda. Puesto que la seguridad energética está íntimamente vinculada a la prosperidad económica y la seguridad nacional, el petróleo es uno de los principales factores que determinan la política exterior y militar de EEUU. Así, desde Irak hasta Venezuela, pasando por Irán y Nigeria, el petróleo está omnipresente en los cálculos de la política exterior estadounidense. Incluso el fomento de la democracia en Oriente Próximo, que es la piedra angular de la política exterior de la Administración Bush, se ve amenazado en la actual situación de incremento del precio del petróleo. Conforme aumenta la demanda estadounidense de petróleo también lo hace la exposición de EEUU a los problemas que afectan a las inestables regiones productoras de petróleo del mundo. Algunos analistas argumentan que lo único que se precisa es una mayor producción de petróleo, si bien esto sólo se conseguirá con un incremento de la inversión, que, a su vez, requiere un mayor nivel de seguridad en las zonas inestables del mundo. Otros consideran que la reducción de la dependencia estadounidense del petróleo sería el único factor multiplicador del poderío estadounidense en el mundo

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