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¿Puede reconstruirse Afganistán?

Abstract

Una conferencia internacional de donantes celebrada en Londres ha generado nuevos compromisos sustanciales de ayuda monetaria para Afganistán. La ayuda llega en un momento de inestabilidad e inseguridad en el maltrecho país y de creciente desilusión entre los afganos de a pie a causa de la lentitud de la reconstrucción. A la “Conferencia de Londres” de dos días que finalizó el 1 de febrero de 2006 acudieron representantes de aproximadamente 70 países, que de forma conjunta prometieron un total de 10.500 millones de dólares para ayudar a Afganistán a combatir la pobreza, mejorar la seguridad y emprender medidas enérgicas contra el narcotráfico. La reunión también lanzó el “Pacto de Afganistán”, un exhaustivo plan quinquenal por el que la comunidad internacional se compromete a ayudar a reconstruir el país. Estas promesas llegan en un momento crítico, después de que las grandes expectativas despertadas tras el derrocamiento del régimen talibán hayan dado lugar a un sentimiento popular de frustración y cinismo debido al lento ritmo de la reconstrucción. Además, la situación global en materia de seguridad en Afganistán se ha deteriorado notablemente: 2005 fue el año con mayor número de víctimas mortales desde la invasión estadounidense en 2001. Gran parte de la violencia está siendo perpetrada por insurgentes talibán que han reorganizado sus fuerzas y están adoptando las tácticas terroristas empleadas en Irak para minar al Gobierno afgano respaldado por Occidente. El creciente derramamiento de sangre llega en un momento en el que las fuerzas estadounidenses empiezan a transferir el control sobre determinadas regiones de Afganistán –con una fuerte presencia de insurgentes– a fuerzas de mantenimiento de paz de la OTAN que ni están entrenadas ni están equipadas para vencer a los talibán y otras milicias contrarias al Gobierno. Así, a la misión internacional de proteger y reconstruir Afganistán le queda un largo camino por recorrer

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