research

¿Qué puede aprender Europa de Canadá respecto al multilateralismo?

Abstract

El primer Gobierno conservador en Canadá desde hace más de diez años se ha comprometido a recobrar la influencia geopolítica perdida por el país, mediante el aumento en el gasto en defensa y la mejora de sus relaciones con EEUU. En unas elecciones centradas en la problemática actual y en gran parte libres de controversia ideológica, el dirigente conservador Stephen Harper ha sabido aprovechar el malestar generalizado entre los votantes por la corrupción gubernamental, derrotando al primer ministro Paul Martin, cuyo Partido Liberal ha gobernado en Canadá durante la mayor parte de los últimos cien años. Harper, un economista de libre mercado, proamericano y de tendencias neoconservadoras, se ha comprometido a recortar los impuestos, reducir el índice de criminalidad y “limpiar” el Gobierno. Sin embargo, en señal de que los canadienses (de quienes en ocasiones se dice que son norteamericanos con instintos europeos) no están dispuestos a abrazar sin reservas unas políticas sociales y económicas al estilo estadounidense, Harper no consiguió obtener una clara mayoría en la Cámara de los Comunes. Esto significa que quizá tenga que suavizar algunas de sus iniciativas más audaces en política interna, al verse obligado a gobernar en minoría y llegar a acuerdos con la oposición en un parlamento fragmentado. No obstante, en materia de política exterior Harper sí tendrá el control. No sólo ha subrayado su deseo de recobrar la influencia perdida con EEUU sino que también se ha comprometido a dar marcha atrás en el recorte del gasto militar efectuado por el Partido Liberal, que ha llevado a Canadá a una drástica pérdida de importancia geopolítica

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