La utilización de fuentes renovables de energía ha experimentado un
salto en los últimos años. Varios países pusieron en marcha programas de
desarrollo de fuentes eólicas e solares, lo que ha contribuido para un
incremento de esas modalidades en la matriz energética mundial.
La producción de energía eléctrica en Brasil está muy basada en
plantas hidráulicas, sin embargo, la introducción de fuentes alternativas es una
necesidad. Las plantas eólicas y de biomasa ya han experimentado un
incremento. La energía solar fotovoltaica sigue a pasos lentos y la generación
distribuida es un camino para su viabilidad.
En Brasil existe una reglamentación para la generación distribuida. En
algunas regiones del país esa modalidad ya es viable económicamente. Aun
así, la inversión inicial es un entrabe, principalmente por la falta de financiación
específica a bajos intereses