La casualidad, lo anecdótico y la improvisación suelen ser parte inherente del trabajo de campo antropológico, aunque esta no sea una temática metodológica habitual. El autor expone a través de un correlato de anécdotas y eventos más o menos inusuales su propia experiencia como etnógrafo en Malaysia. El texto, en clave irónica, trata de capturar las sutilezas, la densidad, la complejidad y la emotividad de un trabajo de campo en un lugar prácticamente inexplorado por la Antropología Española. Mediante esta narrativa se intercalan los detalles técnicos, logísticos y formales de un trabajo de campo solitario, señalando los fracasos y éxitos relativos a medida que se va construyendo al etnógrafo: desde la búsqueda, pasando por el acceso, la adopción, la estancia y la distancia de un trabajo de campo en una zona costera y tradicional malaya. Asimismo el texto desea ofrecer un tributo a aquellas gentes, sin las cuales nada de todo esto tendría sentido, y una autocrítica relativista a la propia actividad etnográfica, que lucha por desprenderse (con o sin éxito) de orientalismos, etnocentrismos y prejuicios que rodean pero también encumbran al tan celebrado, aunque no tan frecuente como podría imaginarse, trabajo de campo a la Malinowski.Palabras clave: Malaysia, trabajo de campo, anécdotas, serendipia, metodología, introspección, auto-crítica