El objetivo de esta investigación es mirar el retrato iluminado como un espacio
de representación de identidades individuales y colectivas que se encuentran
enmarcadas por prácticas populares que dibujan una determinada estética, un
circuito de consumo y una sensibilidad particular relacionada con la migración,
los nuevos espacios urbanos y el constante diálogo con el pasado.
Este trabajo contiene relatos de vida que permiten pensar el retrato iluminado
como un espacio para la evocación de la memoria y a la vez, para la
construcción de un proyecto de vida imaginario. Estos relatos -con posibilidad
de ser ampliados- muestran la relación cotidiana con el recuerdo, la muerte, el
deseo e incluso el juego y reivindican la técnica de la iluminación de retratos
como un espacio de exploración, de invención, de reafirmación y construcción
de la historia no oficial, de la historia personal o familiar.
Para comprender la importancia y el rol que ocupa el retrato iluminado hoy, en
esta investigación se ha dado importancia a la historia de vida de esta técnica.
Desde sus orígenes, la llegada al Perú sus influencias, el circuito de su
consumo a través de la historia. Luego, a partir de la segunda mitad del siglo
XX, sus mezclas, transgresiones y referencias contemporáneas.
El componente visual de este trabajo consiste en una muestra llamada
Memorias visuales: El retrato iluminado y la historia cotidiana realizada en
el marco de la primera Bienal de Fotografía de Lima. En ella, propongo
descontextualizar los retratos y mostrarlos como piezas capaces de contar su
propia historia. A la vez, la muestra incluye un recorrido a través del tiempo e
intenta reinterpretar los espacios en donde originalmente se encuentran los retratos.Tesi