No hay certezas sobre el devenir inmediato de la economía mundial, tampoco sobre las trayectorias de recuperación y de reestructuración capitalista que tendrán que ensayarse para superar definitivamente la crisis; no se sabe si eso, incluso, será posible. Lo que se advierte es un horizonte de resistencias y luchas a escala planetaria. Todo indica que aunque América Latina ha salido relativamente bien librada de la crisis, en los años venideros se sentirá en ella, con mayor fuerza, el impacto de la crisis y la imposibilidad del capitalismo central de garantizar una estabilización capitalista duradera. La reorganización espacial y la presión al alistamiento del territorio latinoamericano en función de dinámicas transnacionales de la acumulación capitalista, con toda la conflictividad que ello genera, ponen en cuestión las pretensiones de búsqueda de caminos alternativos, incluso en aquellos países con proyectos político económicos con alcances nacional populares. La idea de una América Latina en disputa, cuyo destino será definido en buena medida por los alcances y potencia que logre imprimirle el movimiento social y popular al proceso de transformación socioeconómica, en un contexto de crisis mundial, está a la orden del día.
De la Presentación de Jairo Estrada Álvare