Abstract

Las políticas securitarias basadas en la identificación de enemigos internos son un peligro para los derechos civiles y humanos. En estos años de excepcionalidad en la región, en la cual se institucionalizan la militarización de policías y la policialización de los militares, es urgente una biopolítica democrática como parte de una hegemonía de las multitudes. La tarea de democratizar el biopoder que representa las policías y los ejércitos en funciones de policía es un tema que dará mucho que hablar en los años venideros y de la que dependerán inexorablemente nuestras libertades democrática

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