El confidente policial constituye uno de los métodos más eficaces para la lucha contra la criminalidad organizada. El interés del tema estriba en el aumento paulatino de este tipo de delincuencia y su alto grado de sofisticación, consecuencia del avance de la tecnología, que hace necesario para frenarla la introducción de personas en el núcleo de las organizaciones que sigan desde cerca cada uno de sus movimientos.
Esto es algo que no puede conseguirse con los medios tradicionales, pues solo las fuentes humanas de investigación están capacitadas para el descubrimiento de este tipo de actividad delictiva, así como para la identificación de los responsables de su comisión. No obstante, la carencia de asiento legal de esta figura está perjudicando tanto su labor, como la de los agentes que se disponen a utilizarla.
La conciliación entre los derechos fundamentales del imputado y la utilización del confidente es otro de los conflictos que se suscitan y reviste gran importancia a la hora de su puesta en práctica y su admisión como medio de prueba.
El presente trabajo sintetiza una tarea de investigación en profundidad de esta fuente humana de investigación partiendo de las diferentes acepciones que existen del mismo y su régimen jurídico inexistente. Posteriormente se hace hincapié en varios aspectos de su naturaleza jurídica, que han de ser tenidos en cuenta para finalmente poder entender su valoración procesal