Las emociones han sido concebidas frecuentemente como "fuerzas ciegas" o como "fuerzas
irreflexivas" que empujan al hombre a actuar, sin tener en cuenta cómo éste percibe o concibe
al mundo. Por ello las emociones fueron comparadas recurrentemente con la Imagen de un
"fuego que se siente" (en las vísceras, en el corazón, etc.). Esta imagen denota dos características
asociadas con esta concepción de las emociones: por un lado, su ardor o violencia, por otro lado,
la pasividad de los sujetos frente a las mismas