Es en verdad el electroscopio un instrumento de medición que se puede calificar como muy simple consta, en su versión más elemental, aquella que se presenta al comienzo de los textos básicos, para no aparecer nunca más en los capítulos siguientes, de dos livianas hojuelas de metal unidas por su parte superior, las cuales al ser cargadas con electricidad se repelen mutuamente. El valor del ángulo que forman brinda una idea sobre la cantidad de carga en juego. El todo viene dentro de una caja de metal, que aísla al elemento sensor de las influencias externas, provista de una ventana de cristal que evita las perturbaciones mecánicas de la atmósfera y permite observar las hojuelas