Es indudable que las infraestructuras de transporte constituyen uno de los factores
más importantes que debe tener un territorio a priori de cara al desarrollo
económico. Numerosos autores (MERLIN, QUINET, PÉREZ TOURIÑO, BIEHL) han
estudiado las relaciones que existen entre una buena provisión de infraestructuras
de transporte y el crecimiento económico, concluyendo en todos los casos que
existe una elevada relación entre ambas, que viene dada por los efectos positivos
que supone la mejora de la accesibilidad y la movilidad de personas, mercancías e
información dentro del proceso productivo y de las relaciones que éste genera,
tanto dentro del espacio de estudio considerado como en las relaciones con el exterio