Las bacterias fueron los primeros microorganismos en ser descubiertos en el rumen y, posteriormente, junto con los protozoarios y hongos fueron identificados como habitantes normales de este órgano. El rumen es un ecosistema anaerobio rico en biodiversidad microbiana (microflora, microfauna y, recientemente, virus bacteriófagos), que depende de factores internos y externos (tipo, frecuencia de la alimentación y manejo de los animales) para su mantenimiento y función. En bacterias similares (cepas acido lácticas) a las que existen en el rumen, pero usadas en la industria lechera, se ha reportado la presencia de virus que hacen fallar parcial o totalmente la manufactura (fermentación microbiana) de los productos lácteos. Sin embargo, se ha elucidado que estos microorganismos (virus) pueden ser de beneficio en la industria ganadera; por ello, se ha retomado y enfocado la atención en el cultivo, inducción y aislamiento en los fagos que infectan a las bacterias lácticas y otras, ya que, aunque representa un problema en la industria lechera con afecciones económicas, también puede beneficiar la ganadería al eliminar bacterias que inducen acidosis ruminal en los corrales de engorda y los sistemas intensivos de producción lechera