Si en el mundo de la iniciación deportiva existe un aspecto fundamental y destacable, éste
es la motivación. Aprendizaje y motivación son fenómenos íntimamente ligados. Cuando
se consigue captar la atención y atraer el interés del grupo con el que se trabaja, nos
encontramos en condiciones óptimas para conseguir los objetivos marcados por el
entrenador. Gran parte de los estudios sobre los motivos de la práctica deportiva se han
centrado en las razones por las cuales las personas (especialmente los niños) participan y/o
abandonan la práctica de un determinado deporte (Gill y cols., 1983; Gould, Feltz y Weiss,
1985; Brodkin y Weiss, 1990; Balaguer y Atienza, 1994, López y Márquez, 2001,
Villamarín, Maurí y Sanz, 1998). Estos trabajos, coinciden en afirmar que hay una serie de
dimensiones por los que los jóvenes practican deporte: motivos de salud, afiliación,
competencia, diversión y competició