El número de escolares que se integran en los programas deportivos ha aumentado en los
últimos años, es en la época escolar cuando se desarrolla la mayor participación deportiva
(Ponseti y cols., 1998). El niño comienza de manera casual a interesarse por el fútbol, para
a continuación pasar a formar parte de la plantilla de su colegio, un equipo abierto a todos,
donde no se realizan ni selecciones, ni pruebas de acceso, ni elecciones de futuros talentos
deportivos (Llames, 1999), se trata de compartir con los compañeros experiencias
diferentes a las académicas. Pero es entonces cuando se comienza a tomar parte en ligas
federadas y cuando todos estos pequeños futbolistas pueden ser alejados de su entorno
habitual de juego, abrumados por promesas, ofertas y sueños de grandeza de clubs
profesionales que ven en estas futuras estrellas un gran aval de futur