En el centro del torbellino, y muchas veces hasta desorientados, los "cronistas de exteriores" se encuentran a la caza de protagonistas flamantes, o no. Realimentando la insaciable gula mediática, cargados con sus armas -el micrófono, el grabador, el celular- los movileros recorren cada día las calles y los acontecimientos ciudadanos con apenas escasos minutos para sacarlos al aire.
Todo apremia. Porque la noticia es "ahora". Todo sale "en crudo" porque incluso las equivocaciones, cuando las hay -y por supuesto que las hay-, se encuentran justificadas tras la fachada de "la urgencia de la información", "la hora de cierre", el "salir en vivo" o "el periodismo verdad". La primicia reina. Y justamente las obsesiones por obtenerla llevan muchas veces a estos verdaderos expertos en generalidades a vulnerar razonables límites de privacidad y respeto.Facultad de Periodismo y Comunicación Socia