La Dirección de Proyectos está adquiriendo una relevancia creciente debido a varios factores en el entorno actual, como la sofisticación tecnológica y la reducción de los ciclos de vida de los productos. Estas características del mercado actual han generado la necesidad de desarrollar metodologías que optimicen la duración y los costes de los proyectos.
Algunos ejemplos que ilustran esta tendencia son:
• Los lanzamientos anuales de nuevos modelos de teléfonos móviles, ordenadores o tabletas, que incorporan tecnologías cada vez más complejas.
• La industrialización de nuevos modelos de automóviles con una mecánica más eficiente y un mayor grado de electrificación cada dos o tres años.
• La creciente complejidad de los proyectos de obras públicas.
La constante publicación de estándares, el aumento de la oferta formativa y de empleo en este campo han contribuido a convertir la Dirección de Proyectos en un paradigma organizativo. Esta disciplina facilita la transición de las organizaciones funcionales tradicionales hacia estructuras matriciales o basadas en proyectos, donde estos se vinculan estrechamente con la estrategia empresarial.
En este contexto, la Oficina de Dirección de Proyectos (PMO) se convierte en un componente fundamental para alcanzar los objetivos y el éxito organizacional