Políticas públicas hacia centros periféricos en el área de influencia del gran proyecto ferroviario en la Península de Yucatán. Reto para la innovación tecnológica

Abstract

El proyecto llamado Tren Maya (TM) es uno de los megaproyectos emblemáticos anunciados por el presidente de México (2018-2024) desde el inicio de su administración gubernamental. Es un proyecto de infraestructura ferroviaria que se planteó desde un principio con el objetivo de conectar principalmente a los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán en cuatro de las principales ciudades peninsulares (Campeche, Mérida, Cancún y Chetumal), así como a la mayoría de los poblados urbanos de tamaño mediano y otros menores de base semi-rural a través de aproximadamente 1554 km de vías férreas, con una inversión pública de entre 15,000 y 20,000 mdd. Está planeado finalizar las obras y comenzar su operación en el mes de diciembre de 2023. Uno de los objetivos más importantes que plantea dicho proyecto es impulsar principalmente las actividades turísticas, que han sido el principal motor económico de la Península de Yucatán desde la creación de Cancún (1973), como centro turístico en la costa del mar Caribe (ver mapa). La responsabilidad de este gran proyecto se la dio el gobierno de México al Fondo Nacional Para el Desarrollo del Turismo (FONATUR). Sin embargo, como sucede en casi todos los proyectos y programas en este país y, posiblemente en muchos países en desarrollo, se consideran como proyectos unisectoriales; esto significa que el FONATUR sería el único responsable de dirigir, financiar (con fondos públicos, obviamente) y coordinar los trabajos de tal magnífico proyecto de infraestructura en una gran región, en la cual el gobierno central nacional y sus agencias regionales poco han intervenido en sus ámbitos de responsabilidad por más de 50 años, excepto para facilitar con gasto público los negocios privados para invertir principalmente en turismo a lo largo de la costa caribeña de Quintana Roo

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