Los colectivos feministas a menudo denuncian discriminaciones en diversas instancias sociopolíticas. En el mercado de trabajo esta discriminación se manifiesta de diversas formas: salarios más bajos, trabajos con peores condiciones, desproporcionados requerimientos, etc.
Todos los indicadores consultados (algunos de los básicos se analizan) nos muestran la existencia de esas formas de discriminación. La lucha política contra esa discriminación sexual se centra en el concepto de «discriminación en positivo». Generalmente, esto consiste en subvenciones «a tanto alzado» y prioridad en el acceso a las compartidas con el otro sexo, pero su efectividad es discutible, y (excepto en casos concretos) pervierten las relaciones laborales sin que exista creación neta de empleo. Esta aportación analiza la efectividad de las ayudas de la Unión Europea para crear empleo y aliviar la discriminación sexual especialmente para Galicia-Norte de Portugal y para la mujer minusválida
