Artículo que presenta los resultados obtenidos del reconocimiento de superficie de los 230 km que abarcará la nueva carretera Durango-Mazatlán, la cual atravesará perpendicularmente la Sierra Madre Occidental. La carretera recorre tres zonas geográficas delimitadas: el valle de Guadiana en el altiplano duranguense; la propia sierra entre Durango y Sinaloa, y la llanura costera sinaloense. Aunque se registraron sitios arqueológicos en las tres zonas, destacan por su antigüedad algunos del valle de Guadiana y, por su incidencia, los registrados en la parte alta de la sierra, donde sobresale el área de Llano Grande, un yacimiento de obsidiana cuya explotación fue controlada al final de la ocupación prehispánica por el sitio Hacienda Llano Grande. Para interpretar con mayor claridad los elementos prehispánicos se recurrió a la analogía etnográfica, pues lugares cercanos al área de estudio están ocupados por los tepehuanes del sur y los mexicaneros, entre quienes el ritual principal es el mitote de petición de lluvias, y al parecer así ocurría también entre los antiguos habitantes de la sierra entre Durango y Mazatlán, entre el altiplano y la costa