Abstract

Como se está haciendo costumbre, en este número se incluyen textos de temática variable, que abordan diversos tópicos antropológicos en varias regiones de nuestro país; artículos cuyo contenido será de gran interés para la antropología. En primer término se presenta un novedoso estudio de Virginia Arieta Baizabal y Ann Cyphers, “Etnografía, demografía y arqueología olmeca en San Lorenzo Tenochtitlán”, cuya finalidad consiste en obtener coeficientes confiables que permitan estimar la población prehispánica del sitio arqueológico. Con tal propósito, las autoras realizaron un estudio de la densidad poblacional del asentamiento actual de Tenochtitlán, Veracruz, población cercana al sitio olmeca de San Lorenzo. Los resultados de esa investigación pudieron aplicarse a los datos de patrón de asentamiento de San Lorenzo y así conocer de cierta manera “la distribución poblacional del asentamiento (arqueológico) en su totalidad y explorar su ocupación interna”. También se obtuvo información relacionada con la población asentada en el sitio arqueológico. Luego de un análisis exhaustivo de la densidad poblacional en diversas áreas del asentamiento arqueológico —en el cual se aprovechó la analogía etnográfica con el actual poblado de Tenochtitlán, así como los diversos cálculos poblacionales realizados para el asentamiento arqueológico de San Lorenzo, las autoras consideran “factible que la población de San Lorenzo” habría podido situarse “entre 9 000 y 10 000 habitantes durante su apogeo […]”. “Cementerio C-20. Dinámica de un asentamiento olmeca en la región de la Chontalpa, Tabasco”, es el título de la colaboración entregada por Miguel Guevara Chumacero, quien ofrece las evidencias más tempranas de asentamientos que contienen “arquitectura pública” en esta región de la Chontalpa, Tabasco. Tal situación tuvo lugar, según el autor, hacia la fase Palacios regional (1150-950 a.C.). Víctor Hugo Valdovinos Pérez y Cristina García Moreno son los autores de “Sobre cantos de río: la industria lítica en el Valle de Ónovas, sureste de Sonora”, interesante estudio en el cual se da a conocer una industria lítica que aprovechó los cantos rodados entre las poblaciones asentadas en la margen derecha del río Yaqui, entre 800 y 1400 d.n.e. Se trata de una industria lítica que explota al máximo la presencia de esos cantos rodados tanto para elaborar artefactos formales como para utilizarlos de manera directa. En el texto de Gustavo Sandoval, “La presencia teotihuacana en San Antonio Acoculco”, se anota que hacia la región norte de Tula, Hidalgo, entre los asentamientos del Clásico destacan los de Chingú, El Tesoro y Acoculco, pues comparten muchos elementos culturales presentes en Teotihuacán, entre ellos la cerámica —tanto local como la de procedencia zapoteca—. El autor ofrece un panorama general de los trabajos de exploración realizados en San Antonio Acoculco, así como un análisis de la colección de cerámica de dicho asentamiento; destaca que la presencia teotihuacana sirve para conocer la temporalidad de este sitio arqueológico. “Las mujeres de Teotihuacán: prestigio, poder e incertidumbre” es un texto de Jaime Delgado Rubio en el cual se analiza un hallazgo de figurillas de cerámica —de mujeres, niños, “matronas y emblemas de serpientes”— en torno a una “madre” que tiene a un niño recién nacido sobre sus piernas. El autor plantea la capacidad de las mujeres para “ostentar” símbolos de linaje, transferir los bienes materiales y simbólicos a sus descendientes y participar en rituales de investidura del poder, ubicándolas en posiciones clave de la estructura social de la fase Miccaotli (150-250 d.n.e). Norma Valentín, Gilberto Pérez R. y Edsel R. Robles Martínez presentan su “Análisis de los restos faunísticos como parte de la industria ósea del sitio arqueológico Cantona, Puebla”, en el cual se discute sobre 68 restos óseos con alteraciones culturales. De ellos, en 46 se logró la identificación taxonómica y anatómica; se les clasificó tipológicamente y se observó la técnica de manufactura. Durante los trabajos de exploración arqueológica en Cantona se han registrado más de 600 artefactos elaborados en restos óseos, y la gran aportación de Norma Valentín y colaboradores consiste en haber identificado el género y especie de los restos óseos sobre los que se elaboraron dichos artefactos —esto incluye un fragmento de pata de puma cuya base aún se encontró articulada. Lourdes R. Couoh Hernández y Jorge Arturo Talavera González colaboran con un texto sobre “Los cráneos decapitados de Chacalilla, Nayarit (900-1350 d.C.): análisis de colágeno residual para conocer el orden de su depósito funerario y sus implicaciones bioarqueológicas. Se estudian diez cráneos, cinco masculinos y cinco femeninos —con deformación craneal tabular erecta y algunos con limado de dientes— provenientes de la parte central de una estructura arquitectónica del Subconjunto sur de Chacalilla, el cual se vincula al culto solar y al ciclo agrícola. El propósito era el de saber si se trata de una sola ceremonia o si la deposición de los cráneos se dio en varias ocasiones. Fue necesario analizar el colágeno residual de cada cráneo para establecer el o los momentos del depósito funerario, y para los autores los “resultados apoyan la idea de que los cráneos fueron ofrenda y parte del ritual de petición de lluvia para la fertilidad de los campos de cultivo”, el cual se llevó a cabo a lo largo de los años. A continuación viene “La arqueología en contextos forenses”, contribución de Jorge Arturo Talavera González, Silvia Teresa Díaz de la Cruz y Martha Patricia Valadez Sanabria. Ellos abordan la importancia de la participación de arqueólogos en el proceso de prospección, excavación y recuperación de documentación en contextos forenses. En este capítulo se comentan algunos trabajos de  investigación arqueológica en el contexto forense: su definición, objetivos, métodos y técnicas. Se especifica su aplicación en el caso de Rosendo Radilla Pacheco, cuyos análisis fueron realizados de manera conjunta por el inah y la Procuraduría General de la República. Erik Chiquito Cortés es autor de “El camino serpenteante del Fuerte de Loreto, Puebla”, un texto de arqueología histórica derivado de los trabajos arqueológicos llevados a cabo en 2012, como parte del “megaproyecto sesquicentenario”. Se analiza el diseño y función de dicho fuerte, sobre todo de su sistema defensivo y el camino serpenteante. Para ello se estudiaron tanto documentos históricos como la información arqueológica recuperada directamente en campo, lo cual redunda en un mejor entendimiento de ese inmueble durante el siglo xix. “Drones, fotogrametría y arqueología en México. Principios y ejemplos”, es la aportación de Cuauhtémoc Domínguez Pérez, Javier Martínez González, Laura Castañeda Cerecero y Alberto Mena Cruz, investigadores del inah. Entre las nuevas tecnologías para investigación arqueológica destacan los drones —aparatos utilizados para toma de fotografías aéreas y con ello lograr imágenes texturizadas, ortofotos, planos topográficos y modelos digitales de elevación—. Al no disponer de documentos “que muestren sus fundamentos, forma de manipularlos y utilidad”, los autores presentan su propio escrito, sustentado en una extensa práctica y con ejemplos de diferente naturaleza, con el cual tratan de observar los alcances y limitaciones de los drones. Al final se incluye un listado, a manera de protocolo básico, para llevar a cabo las diversas misiones o vuelos. Para concluir con la parte de ensayos se incluye un texto sobre “El Registro Público del Patrimonio Cultural en el inah”, firmado por Silvia Mesa, Ileana Echauri y Wanda Hernández. Las autoras exponen los fundamentos académicos y jurídicos en que se basa el Sistema Único de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos; explican las características tecnológicas de ese sistema, así como sus funcionalidades y virtudes; también reflexionan en torno al impacto positivo —en cuanto a las prácticas tradicionales de control y resguardo del patrimonio— de implantar dicho sistema. En la sección de Archivo Técnico, Raúl Barrera Rodríguez comparte sus comentarios acerca de la inspección realizada por Jorge R. Acosta en relación con las exploraciones de Eulalia Guzmán en la iglesia de Santa María de la Asunción, bajo cuyo altar mayor fueron localizados los supuestos restos de Cuauhtémoc. Se presenta el informe de Acosta y los comentarios de Raúl Barrera, quien considera irrelevante que en ese sito hayan sido enterrados o no los restos del tlatoani mexica, “[…] lo trascendental es cómo una comunidad de la sierra norte de Guerrero retoma la imagen simbólica de un personaje indígena para convertirlo en centro de identidad y de cohesión social […]”. En el apartado de Reseña, Blas Castellón Huerta comenta el libro Archaeology of Salt. Approaching an Invisible Past, editado por Robin Brigand y Olivier Weller. La obra reúne doce textos distribuidos en cuatro partes, todos relacionados con el estudio de la sal; la temática abarca el proceso de producción de la sal en diferentes partes del mundo y en diferentes periodos, desde el sexto milenio antes de nuestra era hasta nuestros días. Se reseña una obra muy interesante, que concentra los trabajos arqueológicos más recientes relacionados con la producción de sal. Se reitera la invitación a colaborar en la revista Arqueología, enviando sus textos a la sede de nuestra publicación, apegados —por supuesto— a los requisitos señalados en la Invitación a los colaboradores.</p

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