Tiene 24 horas para salir de aquí y si no, los matamos»; eso decía el papel que recibió el papá de Jorge, de 15 años. “Yo  no  vi  el  papel,  mi  papá  lo guardó  y  nos  dijo:  Recojan  todo  que  nos  tenemos  que  ir». Cuando Jorge le preguntó a su padre por qué se iban, éste respondió: «No pregunté quién se murió,  sino  llore»You have 24 hours to get out of here and if you don't, we'll kill you»; That's what the paper that Jorge's 15-year-old father received said. "I didn't see the paper, my dad kept it and told us: Pick up everything we have to go." When Jorge asked his father why they were leaving, he replied: "I didn't ask who died, I just cried.

Lamus Canavate, Doris

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1Tiene 24 horas para salir de aquí y si no, los matamos»; eso decía el papelque recibió el papá de Jorge, de 15 años. “Yo no vi el papel, mi papá loguardó y nos dijo: Recojan todo que nos tenemos que ir». Cuando Jorge lepreguntó a su padre por qué se iban, éste respondió: «No pregunté quién semurió, sino llore».“Mi papá estaba muerto, lo tenían tapado. Al otro día lo arreglaron en el hospital y(....) después nos lo mostraron. Tenía huecos por todas partes, tenía despedazadoslos dedos, igual que otra señora que era una profesora. Era un ataque a la policíay mi papá estaba justo ahí...”Adriana, de 15 añosDe este dramatismo son los relatos de la violencia que recoge y analiza ungrupo de profesionales de las ciencias sociales y humanas, con la intenciónde comprender el fenómeno del desplazamiento desde la perspectiva desus principales víctimas: la población infantil y juvenil del campocolombiano.El Departamento de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Colombiay la Fundación Educativa Amor trabajaron conjuntamente en el desarrollode un proyecto de intervención e investigación que captaralas vivencias directas del desplazamiento de niños, niñas y jóvenes deambos sexos pertenecientes a 122 familias ubicadas en el municipio deSoacha, Cundinamarca.Luego de un paciente proceso de acercamiento y de construcción deconfianza se fueron dibujando las imágenes, recorriendo los caminos de1 Bello, Martha; Mantilla, Leonardo; Mosquera, Claudia y Camelo Edna. Relatos de la violencia: impactos deldesplazamiento forzado en la niñez y la juventud. Universidad Nacional de Colombia - Fundación Educativa Amor.Bogotá, 2000.Doris Lamus CanavateSocióloga. Magíster en Ciencias Políticas.Docente e investigadora IEP-UNAB.REFLEXIÓN POLÍTICA   AÑO 3  Nº 5 JUNIO de 20012los recuerdos; fueron aflorando el llanto, el dolor,la nostalgia. Las historias fueron tomando formay, así mismo, reconstruyendo la tragedia en todasu contundencia.Como en otros casos en que se usan relatos ohistorias de los protagonistas como fuentefundamental para la investigación, en éste nose trataba de indagar por la veracidad o la‘confiabilidad’ de la información: el testimonioes la expresión de lo que vive y cómo lo vivequien narra de acuerdo con su percepción ymediado por sus sentimientos y, en este caso,por su dolor. En este sentido, la narración delas historias es, también, un ‘acto terapéutico’que ayuda a aliviar el dolor, a sanar lasheridas que nadie ve, pero que sangraninconteniblemente y por mucho tiempo.El primer capítulo ubica el problema deldesplazamiento en el contexto del ‘conflictoarmado interno’ y la situación de los niños, niñasy jóvenes colombianos, víctimas principales nosólo de la violencia de las armas y deldesplazamiento forzoso sino de otras formas deviolencia igualmente severas y traumáticas:Con base en informes de la Defensoríadel Pueblo, entre enero y septiembre de 1999,se produjeron en el país 289 masacres, conel asesinato de 1.357 personas; el 46%fueron ocasionadas por las autodefensas, el16.7% por la guerrilla, el 1.3% por miembrosde la Fuerza Pública y el 35% por grupos sinidentificar. Esta violencia producemigraciones internas conocidas hoy comodesplazamiento forzado, que obliga a lasfamilias a abandonar su lugar de residencia,sus pertenencias y propiedades, ante elhostigamiento y la amenaza contra su vida y lade los suyos. La destrucción, el miedo y laincertidumbre que el desplazamiento conllevan,convierte a sus víctimas en seres altamentevulnerables.Sobre la situación de la población infantil y jovende ambos sexos en Colombia, de acuerdo conestimativos del Departamento Nacional deEstadística (DANE), la población colombianamenor de 18 años está constituida por16’722,708 menores, que representan el 41.5%del total del país. Esta es, al mismo tiempo, lapoblación más vulnerable a todos los problemasque aquejan a esta sociedad; aproximadamenteel 38.5% de los menores de 18 años viven ensituación de pobreza y de estos, 17.5% viven encondición de miseria.La Defensoría del Pueblo revela cifras obtenidaspor entrevistas a menores vinculados al conflictoarmado, entre 1996 y 1998, sin especificar eltotal de estos. Sin importar cuántos sean, losdatos en sí mismos son alarmantes:El 18% de los menores de edad vinculados alconflicto armado que fueron entrevistados, hamatado por lo menos una vez. El 60% ha vistomatar. El 78% ha visto cadáveres mutilados. El25% ha visto secuestrar. El 13% ha secuestrado.El 18% ha visto torturar. El 40% ha disparadocontra alguien alguna vez. El 28% ha sidoherido. Aunque no se conocen cifras y resultecruel y doloroso señalarlo, son muchos los niñosy niñas mutilados por las minas antipersonaleso ‘quiebrapatas’, como popularmente se lasconoce.Aún reconociendo que las cifras de desplazadospor la violencia en Colombia son imprecisas oincompletas, se calcula en 1’600.000 el númerode desplazados en 1999, de los cuales más de1’000.000 eran menores de edad2 . Estos niñosy jóvenes y sus madres conforman el grueso dela población desplazada. Ellas se venabocadas a cuidar, mantener y educar a sushijos en las condiciones más adversaspara cumplir esta función. La edad y el sexoson determinantes en la manera como losafectados sufren sus efectos. Tanto en loscombates como en los desplazamientos, se veninvolucrados como actores o afectados comovíctimas niños y jóvenes de ambos sexos quesufren daños y pérdidas físicas y emocionalesmuy profundas.2 CODHES, Defensoría del pueblo y UNICEF, citados en «Relatos de la Violencia», p. 46.3Relatos de la violencia: impacto en la niñez y la juventudEl segundo capítulo se ocupa de la geografíadel conflicto; los lugares de procedencia y losde llegada de las familias:«Mis papás, mis hermanos y yo, vivíamos en unlugar en donde había pájaros, árboles, canariosy un río que había que cruzar en canoas. Por elotro lado de la casa era puro monte; el clima eratemplado y no tenía que dormir con cobijas ”.Jaime tiene 9 años y es de algún lugar rural delTolima. La referencia al clima es comprensible:en donde se encuentran hoy es muy frío y encondiciones de precariedad como en las que lestoca vivir, el frío es una amenaza más.No sólo los relatos ilustran los contextos dedonde provienen niños y niñas: cada lugar yla descripción de los eventos y lasconfrontaciones que terminaron en laexpulsión de las familias, son descritos conbrevedad y precisión: Urabá chocoanoy antioqueño, sur del Tolima, occidente deBoyacá, Meta, Caquetá y Casanare, Valle delCauca.El fenómeno del desplazamiento forzado ysus consecuencias sobre el bienestar y eldesarrollo integral de niños, niñas y jóvenes enColombia, componen el tema del capítulo III dellibro.En su abordaje, las investigadoras tomandistancia de los enfoques clínico psiquiátricosde la guerra y sus efectos, “sin desconocer osubvalorar las consecuencias que la violenciapolítica y el desplazamiento pueden tener en elbienestar emocional de las personas”.De acuerdo con sus datos, tres aspectoscaracterizan las experiencias de la poblacióninfantil  y de jóvenes en situación dedesplazamiento:1.    Han vivido y visto la guerra; esta experienciadesestructura su mundo y las posibilidadesde enfrentarlo pues todas estas experienciasde muerte, tragedia y dolor, exceden losparámetros de lo previsible para cualquierser humano, especialmente para los niñosy niñas, así como para los jóvenes.2. Han sido socializados para sobreviviren la guerra; ello crea desconfianzahacia los demás; produce una visiónpolarizada de la realidad, entre lobueno y lo malo, el amigo y el enemigo;además, legitima el autoritarismo, la fuerzay la arbitrariedad, como mecanismoseficaces por excelencia para vivir encomunidad. No es posible, para lasgeneraciones jóvenes y las ya socializadasen la violencia, concebir otros mundos.3. Han tenido pérdidas abruptas y sig-nif icativas.No sólo del hábitatnatural, rural, medios de trabajo, sinoa sus seres queridos, vecinos, amigos,compañeros de juegos. También hansido despojados de sus pertenencias, de susobjetos queridos y muchas veces escasos uobtenidos con muchos esfuerzos.Si el éxodo es dramático, lo que los espera en ellugar de llegada no lo es menos:La situación de desplazamiento -sostiene elestudio- siempre está asociada con un deteriorograve en la calidad de vida de los individuos ylas familias y con dificultad o imposibilidad parasatisfacer necesidades humanas fundamentalescomo las de subsistencia, protección, afecto,participación e identidad.Con la reubicación no cesa la situación de riesgoy vulnerabilidad. Las condiciones de pobreza yfalta de oportunidades de trabajo para losadultos prolongan indefinidamente las carenciasen lo que se ha llamado “el efecto acumulativode la adversidad”. Estudios realizados muestranque al cabo de cinco años de reubicación deldesplazado, se mantienen las condiciones deinestabilidad y precariedad laboral de losadultos, padre, madre o hermanos3 .3 MEERTENS, Donny, et. al. Éxodo, violencia y proyectos de vida. La reconstrucción de la vida cotidiana de hombres, mujeres y jóvenes desplazados porla violencia. Tres estudios de caso. Colciencias - Universidad Nacional, Bogotá, junio de 1999.REFLEXIÓN POLÍTICA   AÑO 3  Nº 5 JUNIO de 20014Los niños y niñas inician ciclos consecutivos depobreza, desnutrición, desescolarización,morbilidad, con altas probabilidades, también,de experimentar todas las otras formas deviolencia que afectan a la infancia de este país.Por ejemplo, en el caso de la educación formal,la situación puede ser especialmente crítica:datos citados en la investigación señalan queen Bogotá, de 32.000 niños desplazados, sólo el23% estudiaba. De los 24.640 que no asistíanal colegio, casi la mitad no podría acceder porrazones económicas de los padres, el 25% porfalta de cupos, el 9% por superar la edadestablecida por la Secretaría de Educación y el17% por factores varios como temor al rechazo,falta de documentos, problemas de salud, entreotros.Sin embargo, los datos del impacto deldesplazamiento en la población infantil yjuvenil -señalan las investigadoras-, no puedenser generalizados. Cada niño o niña oadolescente expresa de manera distintasus vivencias: muchos son tímidos, pocoexpresivos, agresivos o ensimismados, perootros son vivaces y creativos; unos recelososy desconfiados y otros solidarios y extrovertidos.La experiencia en el mundo ha demostradoque, incluso sometidos a idénticas condicionesde adversidad, no todas las personas respondende la misma forma. De allí que la investigacióndeba orientarse a tratar de comprenderlos mecanismos o factores individuales,familiares y comunitarios que permitensobrevivir e incluso sobreponerse a laadversidad.Al respecto, registran las investigadorasque con el adjetivo resiliente, tomado delinglés resilient 4 , se viene denominando,desde la década de los años ochenta, a unconjunto de características de personas quea pesar de haber sido criadas en condicionesadversas o de alto riesgo, desarrollandestrezas, actitudes y formas de relacionarseque las potencian como seres humanos,creciendo psicológicamente sanos yalcanzando niveles importantes de éxito en lasociedad5.En consecuencia, la respuesta de la poblaciónen general frente al desplazamiento, pero enespecial la de infantes y jóvenes, hombres ymujeres, depende de una compleja interacciónentre las características de la situación adversay factores individuales, familiares y ambientales.Así pues, analizados tanto los factores adversoscomo las ‘resiliencias’, las investigadoresconcluyen que:u   La comprensión que los niños, niñas yjóvenes tienen del desplazamiento y elsignificado que le atribuyen, estándeterminados por los procesos cognitivos,afectivos y sociales característicos de laetapa del ciclo vital en que se encuentran.u Para ellos, vivir en medio de laconfrontación puede significar:internalizar esa realidad como la forma‘natural’ de ser las cosas; asumir unaactitud desconfiada frente a los demás,así como una visión polarizada de lasrelaciones humanas; socializarse en unasituación que sólo proporciona violenciacomo mecanismo de solución de losconflictos y el uso estratégico de la palabrao el silencio, como forma de protección.u El desplazamiento forzado casi siempreestá asociado con un detrimento en lacalidad de vida de los individuos y lasfamilias.u El proceso de adaptación psicosocial a lasnuevas condiciones de asentamiento enla ciudad se caracteriza por una fuerteconfrontación subjetiva que implicaasumir nuevas normas, pautas y formasde ser y hacer de hombres y mujeres,adultos, niños y jóvenes.4 Que reacciona o se recobra fácilmente, entre otras acepciones, según el Diccionario Inglés - Español de Planeta, Bogotá, 1989.5 ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. Manual de identificación y promoción de la resiliencia en niños y adolescentes. Washington, 1998,citado por las investigadoras.5Relatos de la violencia: impacto en la niñez y la juventudu Muchas de las secuelas deldesplazamiento forzado, aunque quizá notodas, son superables a corto o medianoplazo, siempre y cuando los niños yjóvenes tengan acceso a las condicionesmínimas que les permitan lareconstrucción de  proyectos de vida.La recomendación central, a partir de estoshallazgos es la de reformular la política delEstado colombiano frente al desplazamientoforzado, en el sentido de orientarla hacia lasolución de los problemas y necesidades de lapoblación, ya no sólo en el medio rural sino enel urbano; así mismo, actuar sobre lasestructuras sociales básicas de las comunidadesreceptoras y la calidad y cobertura de susservicios.Desde el punto de vista de las intervencionesse recomiendan enfoques integrales de laatención, especialmente para la poblaciónadolescente e infantil, en los cuales elcomponente salud mental sea fundamental.Otro criterio importante es el del respeto delos derechos humanos, en este caso de jóvenese infantes como horizonte ético de políticas demediano y largo plazo.En consecuencia, en toda evaluación delimpacto de la violencia y el desplazamientodeben plantearse las vivencias pasadas y lasalternativas posibles de mejoramiento de calidady reconstrucción de proyectos de vida.Niños, niñas y jóvenes deben acceder a gruposy contextos de pares que propicien laintegración y la socialización en las nuevascondiciones urbanas de vida. Se requieren puesproyectos que ofrezcan opciones para romper elsilencio obligado o consentido y el acceso a lapalabra.

Stories of violence: impact on children and youth

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Stories of violence: impact on children and youth

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