Saralegui, M. (Miguel)

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Dadun, University of Navarra

 Anuario Filosófico, XL/3 (2007), 721-749 721 RESEÑAS       ÁGUILA, Rafael del — CHAPARRO, Sandra, La república de Maquiavelo, Tecnos, Madrid, 2006, 288 págs. Desde que se publicasen los principales libros polític s de Maquiavelo unos años después de su muerte, el pensamiento español ha prestado cier-ta atención a la obra del famoso secretario florentino. Estas primeras reacciones contrarreformistas hispánicas contribuyeron —y se trata si no de un logro directamente positivo sí al menos influyente— en cierta me-dida a forjar la imagen diabólica que el sentido común político y lingüís-tico ha otorgado a Maquiavelo. Sin embargo, y a pesr de que la reacción española se prolonga durante varias generaciones de pensadores, los estu-dios sobre la obra de Maquiavelo habían dejado de gozar de la relevancia que tuvieron en otros tiempos en el mundo cultural español. La filosofía política española contemporánea ha dedicado muchísimas más obras a discernir el verdadero pensamiento filosófico de autores tan poco políti-cos como Kant que a interrogarse por la doctrina de Maquiavelo. Este li-bro, junto con los estudios de Miguel Ángel Granada, vienen a llenar un cierto vacío bibliográfico que la academia española había concedido a los estudios sobre Maquiavelo, sobre todo, si se compara con las monografías dedicadas al esclarecimiento de su teoría de las que se disponen en las principales lenguas occidentales.  El interés de Rafael del Águila por la obra de Maqui velo viene expre-sándose en diferentes obras desde hace ya varias años. Se encargó del capítulo sobre la teoría política renacentista de la Historia de la Teoría Política, editada por Javier Vallespín, que sigue siendo referencia para la mayoría de los estudiosos de lengua española. También escribió un breve libro sobre la interpretación de los tratadistas españoles, que, con varia-ciones, se incluyó en su obra de teoría política más ambiciosa La senda del mal (Taurus, 2000). En el que hasta ahora era su último ibro Sócrates furioso (Anagrama, 2004), mostraba a Maquiavelo como la contrafigura de Sócrates, siempre demasiado impecable (sobre la distinción impecable-implacable se construyen muchos de los argumentos más interesantes de RESEÑAS  722R. Águila). Pero faltaba una interpretación global sobre su pensamiento en la que se juzgara con extensión y detenimiento los principales núcleos políticos de la obra de Maquiavelo. Para realizar esta labor, ha escrito la obra con Sandra Chaparro y el resultado final posee el mismo interés y calidad que los anteriores escritos.  La clave interpretativa del pensamiento de Maquiavelo para estos au-tores reside en la importancia de la tragedia de la acción política, es decir, en el precio que hay que pagar por vivir en una determinada comunidad. No hay política sin mancha, no hay bien sin mal, y nada más perjudicial y más generador de dolor que mirar hacia otro lado, que huir de esta inevi-table verdad política. Como ningún otro pensador anterior, Maquiavelo no mira para otro lado, afronta los males que el polític  debe muchas veces realizar por vivir en una comunidad segura y próspera. Maquiavelo nunca rehúye el asunto del inevitable tributo de maldad al que obliga muchas veces la consecución de un bien público. Pero lo peculiar de Maquiavelo consiste en que no llama bien a ese mal que por otrs bienes políticos se debe hacer. Posee la notable virtud, por la que part  de la tradición polí-tica posterior se ha enfrentado siempre a sus enseña zas, de seguir lla-mando mal al mal por mucho que éste deba realizarse para conseguir y alcanzar un bien político. En la obra del secretario florentino, se descubre una profunda herida que muestra que no todos los bienes humanos se pue-den conciliar; que para tener unos, hay que desprende se de otros. En esta herida, que señala muchas más veces de las que nos gustaría imaginarnos que los bienes se consiguen gracias a manos sucias, se encuentra el princi-pal motivo para calificar de trágica a la obra del p nsador florentino y la acción política.  Esta interpretación, que pone de manifiesto la irreconciliabilidad de los bienes humanos, debe mucho al pensamiento político de Isaiah Berlin, y más concretamente, a su artículo La originalidad de Maquiavelo. Sin embargo, la interpretación de Chaparro y del Águila no se dedica simple-mente a repetir la opinión de Berlin. Si el autor oxoniense consideraba que la clave del pensamiento de Maquiavelo estribaba en una disputa en-tre dos morales sin que se pudiera establecer que una de las dos era sim-plemente mala, Chaparro y del Águila trasladan estaide  a la convide-ración de la acción política. Berlin había defendido que en la obra de Maquiavelo se pueden encontrar dos éticas irreconciliables para las que no existe un patrón objetivo por el que se puede descartar a uno para in-clinarse por la otra, este conflicto sin medida queresuelva los problemas hace de Maquiavelo un inconsciente fundador del pluralismo, que con RESEÑAS  723 tanto denuedo reivindica el autor ruso-inglés. Si la interpretación de Berlin de Maquiavelo llevaba al pluralismo como la mejor manera de entender y solventar estos problemas éticos, la imagen de Chaparro y del Águila nos lleva hacia una visión complicada y contraria de la acción política. El político deberá prescindir del principio que afirma que sólo los buenos resultados proceden de buenas acciones, deberá reconocer, por peligroso que pueda parecer, que muchas veces de los males pueden pro-ceder bienes. Como indican al final del libro, lo que hay que aprender de las obras de Maquiavelo no es su insensibilidad ante el mal, sino su mi-rada al mundo político (p. 268), que muestra toda la complejidad y ambi-valencia de esta realidad.  Aunque se puede estar de acuerdo que ésta sea la verdadera clave de Maquiavelo, no cabe duda de que gracias a ella se profundizan y se saca partido de muchos de los puntos más atractivos de la obra del legendario autor florentino. Se trata, en definitiva, de una obra muy recomendable tanto para el lector que quiera introducirse en el p nsamiento de Maquiavelo como para aquellos que quieran contar con una visión que se aleja de cualquier puritanismo moral. En este sentido, es de agradecer que los autores no se erijan en jueces morales de la activid d y pensamiento de Maquiavelo, sino que se entreguen directamente a explicar, interpretar y sistematizar su obra. El resultado es, a mi entender, la mejor obra escrita sobre Maquiavelo en España en los últimos veinte años.   Miguel Saralegui Universidad de Navarra msaraleguib@yahoo.com   ARCHER, Margaret S., Making our Way through Society. Human Refle-xivity and Social Mobility, Cambridge University Press, Cambridge, 2007, 352 págs. El contexto social y cultural influye poderosamente sobre los modos de pensar y actuar de las personas. Esta afirmación es, para casi todas las corrientes de teoría social, una obviedad. El contexto influye. Sí, pero ¿cómo? Abundan las teorías que subrayan la influencia de las condiciones sociales y culturales hasta olvidar o ignorar que las personas son agentes activos. En los últimos años, autores como Ulrick Beck, Zygmunt Bauman, o Scott Lash han propuesto la tesis de la “sociedad reflexiva”, 

ÁGUILA, RAFAEL DEL — CHAPARRO, SANDRA, La república de Maquiavelo. Tecnos, Madrid, 2006, 288 págs. [RESEÑA]

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ÁGUILA, RAFAEL DEL — CHAPARRO, SANDRA, La república de Maquiavelo. Tecnos, Madrid, 2006, 288 págs. [RESEÑA]

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