La proliferación de la modalidad online en la educación superior es una
tendencia en alza tanto en España como en el resto de Europa (Lima &
Siebra, 2021; Money & Dean, 2019; Stone, 2017). Estos entornos de
aprendizaje poseen muchas ventajas en la gestión del tiempo y el espacio
para el estudio, pero presentan ciertas dificultades en lo que respecta a
la participación de los estudiantes en diseños de instrucción colaborativa
en la impartición de las sesiones de clase, sobre todo por la irregularidad
de la presencia de los asistentes (Smith et al., 2011), lo que hace de los
trabajos de aprendizaje colaborativos en la educación online un reto a
afrontar por parte de los docentes