Las diferencias están muy presentes en nuestra vida, es algo que no se puede negar, pero la tendencia habitual es evitar hablar de ellas porque suelen ser percibidas como elementos
problemáticos que dificultan el entendimiento, obstáculos que hay que salvar para poder convivir, divisiones que hay que superar en beneficio de una supuesta unidad que proporciona
equilibrio, tolerancia y orden social. De modo que pasamos de puntillas y esquivamos las diferencias como si constituyeran un problema que pone en peligro la armonía