XML surgió como el lenguaje de marcado de documentos
que sustituiría a HTML en la Web. Ambos lenguajes son herederos
de SGML, el lenguaje de marcado estándar para la descripción formal
y de contenido de los documentos (en contraposición a los lenguajes de
marcado orientados a la presentación).
HTML se impuso por su sencillez y espectacularidad, hasta el punto
de que, por una parte, las compañías de software lo orientaron hacia
formatos de presentación, y por otra, numerosas empresas apostaron
por HTML para organizar documentos en entornos corporativos, con
escaso éxito, por su reducida capacidad para estructurar documentos.
XML trató de ser la solución: una versión reducida de SGML con
evidentes valores documentales (al igual que SGML), para definir estructuras
formales y de contenido independientes de la presentación. No
obstante, buen número de empresas han adoptado XML como herramienta
de intercambio de datos, obviando este valor documental.
En el campo de la documentación, el interés de XML radica en su
uso, tanto en Web como en sistemas corporativos, como herramienta de
definición de estructuras y de descripción de contenidos. En ambos casos,
estructura y/o descripción se incluyen dentro del documento y permiten
la reutilización de partes del mismo.
No obstante, debe aún mantenerse la atención sobre HTML (que
continuará como lenguaje de marcado para documentos con escasa estructuración)
y sobre la incierta evolución de algunas aplicaciones de
XML (XLink, Namespaces, XSL, etc.), de evidente interés para los documentalistas