En esta época contemporánea, la educación superior recibe numerosos desafíos
ubicados en los diversos escenarios de la realidad social y que se movilizan en los
contextos locales, regionales, nacionales e internacionales, tales como la apertura de
nuevos mercados, la internacionalización, la calidad de la educación, el desequilibrio
social marcado por la inequidad y la pobreza, la responsabilidad social, la violencia,
entre otros. Todo lo cual nos ha llevado a reconocer que la educación superior debe
transformar sus esquemas tradicionales de enseñanza por otros donde se potencie en
los estudiantes aprendizajes autónomos, significativos y colaborativos. Los actuales
modelos pedagógicos se han caracterizado por su falta de creatividad, por ser
enciclopedistas, tradicionales, acríticos, rígidos, pobres en destrezas investigativas;
modelos donde se privilegia un rol activo del profesor pero no del estudiante, donde
son más importantes el desarrollo y apropiación de contenidos y no la formación en
competencias profesionales e investigativas. En este sentido, la educación superior
está centrada en otorgar títulos y no en garantizar una verdadera formación integral
que lleve al estudiante a formarse para la vida, para un futuro lleno de posibilidades en
el marco de un desarrollo evolutivo del conocimiento.
Dado lo anterior, se presenta el Modelo Pedagógico UNIAJC como una herramienta
importante que permita el desarrollo integral de los estudiantes bajo una formación
centrada en la apropiación del aprendizaje autónomo.1 Ed