[ES] Reseña del libro Cuerpos en tránsito. Los significados del género en la crisis del Antiguo Régimen en el País Vasco coordinado por Altonaga Begoña, Bakarne en el año 2021

Martin, David San Narciso

Studia Historica Historia Contemporánea

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ALTONAGA BEGOÑA, Bakarne (2021): Cuerpos en tránsito. Los significados del género en la crisis del Antiguo Régimen en el País Vasco. Granada: Comares. 245 pp. ISBN: 978-84-1369-174-9.   Si hay un área de estudio que esté captando la atención últimamente de la historiografía contemporaneísta es, sin duda, los estudios de género. Desde la renovación postcultural de los años 80 son muchas las personas que se han acercado a la construcción histórica de los sujetos, particularmente de las mujeres, con la intención de rescatarlas de la Historia y devolver sus relatos, para historizar los procesos políticos y socioculturales de unas identidades que se encuentran siempre en conflicto por significarse y performarse. Sin embargo, no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo cuando han comenzado a aflorar trabajos que se pregunten acerca de la masculinidad. Si los hombres han dominado la historia oficial, la historiografía apenas se había preguntado sobre las formas de entender y performar las masculinidades, sobre sus significados políticos y socioculturales en cada contexto, siempre en diálogo conflictivo con otras identidades y categorías de género coetáneas. La crisis de la masculinidad de finales de siglo XX, con el replanteamiento del mundo que han propiciado los estudios y movimientos feministas y LGBTIQ+, está sin duda en la base de esta renovación que ha llegado tardíamente a España. El libro de Bakarne Altonaga Begoña se inserta, precisamente, dentro de este cambio epistemológico e historiográfico que busca comprender en toda su complejidad la configuración de las identidades de género, los juegos ambivalentes de las masculinidades y feminidades contemporáneas. Algo, quizás, más común para periodo históricos recientes, pero que apenas cuenta con trabajos para España en épocas anteriores. Siguiendo la línea marcada por grandes historiadoras como Nerea Aresti para comienzos del siglo XX, María Sierra para mediados del XIX o Mónica Bolufer para el XVIII, la autora se adentra así en la construcción histórica de las identidades de género.  Resultado de su tesis doctoral, defendida en 2018 en la Universidad del País Vasco, esta licenciada en Filosofía se propone abordar el análisis de la construcción discursiva de la diferencia sexual en la transición del Antiguo Régimen al liberalismo, entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, para el caso concreto del País Vasco. Para ello, se fundamenta en la historia de las ideas y de los conceptos. Su novedad y originalidad están fuera de dudas. En primer lugar, porque transciende aquella historia que fracciona la cronología categóricamente en periodos estancos e independientes. Pero también por la forma de abordar la problemática del género. Frente a establecer un análisis separado de las masculinidades y feminidades operantes entonces, como suele ser tradicional, Bakarne formula una construcción simultánea entre ambas categorías que obliga a hacerlas dialogar e interpelar de forma conflictiva, creando así un relato que integra ambas. Además, el libro enfatiza la convivencia, la simultaneidad histórica de diversos discursos de género y no la mera sustitución –completamente ahistórica– de unos paradigmas por otros. De esta forma, se dota de complejidad a la construcción de las identidades y se prioriza le estudio de las transferencias, de las negociaciones y apropiaciones particulares entre unos discursos de un origen muy variado, pero con resultados en ocasiones coincidentes. Finalmente, en mi opinión, se trata de uno de los primeros trabajos que abordan la centralidad de los cuerpos y las formas de disciplinamiento social, de imposición y modelación hegemónica en su sentido más gramsciano, para este periodo central en la reconfiguración de las identidades políticas y socioculturales del individuo moderno. Estructurado en cuatro amplios capítulos, el libro va desgranando cómo se fueron conformando y adaptando los discursos de género que defendían (o acabaron defendiendo) la naturalización de la diferencia sexual. Los dos primeros, centrados en el siglo XVIII, se muestran coherentes y ambiciosos. Por un lado, la autora analiza los discursos del catolicismo rigorista, que tuvo mayor implantación en la sociedad vasca de la época. En sus textos, además de su feroz misoginia, ve cómo el género no era asumido como una condición natural que determinaba a los individuos y sus diferencias sexuales. En su opinión, los ideales de perfección y de virtud no eran diferentes entre mujeres y hombres, mostrando una configuración donde la jerarquía se imponía a las variables de género. Por otro lado, la autora analiza ampliamente el discurso reformista e ilustrado representado por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y el conglomerado de aristócratas que la integraban. Desde esta institución se introdujeron en la sociedad vasca esa nueva sensibilidad ilustrada, la relación armoniosa entre los sexos, y la concepción del cuerpo como espacio de verdad natural y diferencia de género. Con ello se desplegó la concepción de la diferencia sexual basada en la idea de la complementariedad de los sexos y el discurso de la domesticidad. Construidas estas dos formas de entender las identidades de género en el siglo XVIII, en los siguientes capítulos, la autora muestra cómo estas dialogaron y se reconfiguraron para afrontar los retos que la revolución trajo consigo. El primer momento de tensión vendría con el desarrollo de la Revolución Francesa (1789) y la crisis finisecular que atravesó la sociedad europea y la Monarquía Hispánica. La creencia en la decadencia y destrucción de su cosmovisión, el sentido de miedo y angustia existencial que entonces vivieron, hizo que muchos clérigos radicalizaran sus posiciones. Ello coadyuvó, por un lado, a que se reforzara la identidad provincial vasca reinventando los ideales de masculinidad del campesinado. Por otro, se intensificó la misoginia latente en su discurso, cambiando las categorías del ideal de feminidad. Ello acercó los postulados católicos con el discurso de la diferencia sexual ilustrado e introdujo el género como una categoría central en su definición de las identidades también desde esta posición. Sin embargo, sus raíces eran complemente diferentes. Mientras el reformismo se fundó en esa complementariedad física y moral de los sexos, esta radicalización católica se basó en la necesidad de reforzar la jerarquía de género para salvaguardar el orden social patriarcal. El segundo momento de tensión vendría con la revolución liberal y la configuración del estado-nación español en los años primeros treinta años del siglo XIX. En este punto, en mi opinión, el texto pierde algo de fuerza y originalidad. En primer lugar porque, aunque la autora asegura tratar de salir de la oposición dicotómica entre modelos, traslada los sistemas elaborados por ilustrados y católicos hacia los planteamientos liberal y antiliberal, respectivamente. Así, mientras que el liberalismo –sin distinguir apenas entre culturas políticas de raigambre más conservadora o progresista– heredaría el modelo de complementariedad de los sexos ilustrado, el antiliberalismo desarrollaría las ideas rigoristas de los católicos radicalizados a finales del siglo XVIII. Parece que la novedad que adquieren estos discursos de género entonces sería su politización y nacionalización. Sin embargo, no deja muy claro cuando y cómo se operan estos cambios, esta hibridación entre discursos identitarios. Por un lado, o bien sugiere que antes estos no eran políticos, cosa que no defiende en los capítulos previos, o interpreta lo político en unos parámetros más tradicionales, vinculado a la adquisición de derechos y representación política. Por otro, la idea de nación parece intuirse, al menos, en los discursos del XVIII en términos parecidos a los que defiende la autora. Además, tanto en este capítulo como en los anteriores parece que la autora, más que matizar o complejizar estos discursos de género, refuerza lo que otras autoras han venido diciendo para otros contextos más generales, trasladando estas teorías e ideas a un ámbito geográfico y político determinado: el País Vasco. En este punto, además de sobredimensionar el papel disciplinador de la Iglesia y el clero, creo que sería interesante acudir a otras fuentes documentales para enriquecer en matices, sobre las experiencias de las personas que vivieron y negociaron su identidad, esta construcción conflictiva y dialéctica de las masculinidades y feminidades contemporáneas. Quien se acerque a este libro, en suma, podrá encontrar un texto muy sugerente, de una calidad excepcional, acerca los debates sobre las formas de ser hombre y mujer, sus exigencias y posibilidades de performar como tales y los complejos procesos hibridados de disciplinamiento del cuerpo entre el siglo XVIII y los primeros decenios del XIX. Un momento seminal, una época germinal de la contemporaneidad, donde pueden encontrarse muchos ecos en los debates actuales acerca de la crisis de estas identidades de género. Así, este trabajo será fundamental en el futuro para comprender en toda su complejidad esta transición siempre ambigua y ambivalente hacia la modernidad.  David San Narciso Universidad de Valencia 

Altonaga Begoña, Bakarne (2021): Cuerpos en tránsito. Los significados del género en la crisis del Antiguo Régimen en el País Vasco. Granada: Comares. 245 pp. isbn: 9788413691749.

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Altonaga Begoña, Bakarne (2021): Cuerpos en tránsito. Los significados del género en la crisis del Antiguo Régimen en el País Vasco. Granada: Comares. 245 pp. isbn: 9788413691749.

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