One of the cross-cutting debates generated by the proposal for a new Constitution offered by the Constitutional Convention — later rejected by the people —, was the question of which matters should be included in a Constitution and which, on the other hand, should be left to the law (or other normative sources). The purpose of this paper is to sort out the arguments upon which these objections were formulated. They are divided into four reasons. The first stems from a certain expectation or conception about the function of constitutions. The second rests on a view of how constitutions might encourage or undermine democracy by transferring decision-making powers to non-representative institutions such as the judiciary. The third claims a breach of what would be a globally accumulated constitutional experience. The fourth, and last, is formulated from a certain social and/or national culture that must be respected. Each of these criteria will be subjected to scrutiny with reasons that, just as the criteria themselves, are echoed in the specialized literature.Uno de los debates transversales que generó la propuesta de nueva Constitución ofrecida por la Convención Constitucional — rechazada, luego, por el pueblo — fue el relativo a las materias que deberían incluirse en una Constitución y cuáles, en cambio, dejadas a la ley (u otras fuentes normativas). Este trabajo tiene por objetivo ordenar los argumentos a partir de los que se formulaban esas objeciones. Se dividen en cuatro razones. La primera de ellas arranca de una cierta expectativa o concepción respecto de la función de las constituciones. La segunda reposa en una visión sobre la forma en que las constituciones podrían alentar o menoscabar la democracia al transferir poderes de decisión a instituciones no representativas. La tercera reclama una supuesta infracción a la experiencia constitucional acumulada globalmente. La cuarta, y última, se formula desde una cierta cultura social y/o nacional que debe respetarse. Cada uno de esos criterios será sometido a escrutinio con razones que, desde luego — así como los mismos criterios —, encuentran eco en la literatura especializada