Fomentando el pensamiento crítico desde la autorregulación emocional a través del mindfulness.

Abstract

El desarrollo del pensamiento crítico en los estudiantes de todos los niveles educativos es uno de los objetivos primordiales de la educación. Sin embargo, el pensamiento crítico es un constructo complejo formado por aspectos cognitivos y disposiciones (Hierrezuelo et al., 2022). Entre estas últimas tienen un papel destacado las emociones. Un modelo de intervención cognitiva que focaliza la atención de forma intencionada en el momento presente con la aceptación del interlocutor (Palomero y Valero, 2016) y que favorece la autorregulación emocional es mindfulness, entendiéndose esa aceptación como la curiosidad y apertura hacia nuevas experiencias, que son necesarias para poder vivirla de manera plena y así ser capaz de emitir juicios de valor. Este método (Mañas et al., 2014) comenzó a usarse en el contexto clínico, pero da muy buenos resultados en educación, siendo eficaz tanto para docentes (reduce el estrés, ansiedad…) como para el alumnado (mejora del rendimiento académico, autoestima, relaciones interpersonales, reduce agresividad, etc.). El mindfulness destaca por su utilidad para lograr que los estudiantes centren su atención sobre tareas específicas, comprendan información rápidamente, con precisión, mejoren sus resultados y habilidades cognitivas y, en definitiva, su pensamiento crítico. A todo esto, se suma que, hoy día, los niños y las niñas suelen ser bastante nerviosos y se distraen con facilidad, perdiendo la atención constantemente, como consecuencia de la variedad de estímulos a los que están expuestos (Almansa et al., 2014).Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tec

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