El contexto multicultural que diariamente convivimos, invita a pensar que en pleno siglo XXI debemos abrir nuestras concepciones sobre los bienes culturales que transmitimos y contribuimos a reproducir, a la vez que transformar. Sin duda existen modos diferenciados de abordar el movimiento corporal, sean formales o no-formales, sistemáticos o espontáneos y entre estos modos el danzar y el bailar, forma parte de una de las actividades corporales más practicadas por todas las culturas del mundo. Pues no olvidemos que una de las experiencias vinculadas al movimiento que se legitimó desde el origen de la educación física, fueron las danzas nativas