Quisiera explicitar un aspecto de la demanda que se nos hace a los docentes, entendiendo por tales a quienes en apariencia tendríamos algo que enseñar en relación con la temática. En mi caso, por lo menos, estas solicitudes se expresan por lo general en algo como dé un curso, una charla, o una conferencia que le diga a una audicencia lo que son los derechos. Es decir, suponemos que los derechos humanos son un objeto preciso, como una manzana, y que nosotros podemos dar cuenta de la composición de ese objeto. Y el asunto se complica cuando tal demanda se hace, por ejemplo, en un plano más general, como el de la fundamentación de los derechos humanos. Aquí, entonces, las premisas podrían ser un tanto más complejas, pero revisten la misma forma: una tradición (la humanidad), una escuela de pensamiento (el liberalismo), unas posiciones filosóficas (los contractualistas) o unos determinados procesos institucionales (los tratados de derechos humanos) parecieran haber dado con el fondo, la sustancia que sustenta y fundamenta los derechos humanos. Y, por ende, corresponde a nosotros transmitirla, socializarla, ponerla en contexto.Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociale