Actualmente, las energías renovables, al tratarse de energías limpias, han ido ganando terreno
a pasos agigantados a las fuentes de energía convencional como son las energías procedentes
de recursos fósiles, nuclear, etc. Dentro de este campo, la empresa DRONICA ha estado
trabajando desde 2.016, en el sector solar fotovoltaico (inspeccionando más de 1,2 GbW),
innovando a través del uso de nueva tecnología, en la inspección, para un mayor rendimiento.
Son muchas las fases en las que el uso del dron permite una mejoría y un ahorro para la planta
[1]. En el caso de las plantas fotovoltaicas, el dron permite a través de fotogrametría
convertirse en una herramienta muy útil como elemento topográfico, desde el levantamiento
inicial hasta el seguimiento y control de obra, pasando por el movimiento de tierras y
replanteos. Sucesivamente permite a través del uso combinado de cámaras termográficas y
RGB la inspección necesaria para su puesta en marcha (comissioning). La calidad y la cantidad
de datos obtenidos, permite un mayor control y abarata de forma exponencial los costes de
ejecución. Además, una vez que la planta entra en funcionamiento, es el dron con la
termografía infrarroja el que permite realizar el mantenimiento detectando anomalías y fallos
no visibles al ojo humano necesarios para que una planta fotovoltaica funcione de forma
eficiente [2,3,4]. Al mismo tiempo detecta fallos que pueden provocar un mal funcionamiento
o incluso ocasionar fallos catastróficos como incendios de elementos eléctricos.
Este paper presenta diferentes casos prácticos de proyectos ya ejecutados por todo el mundo
(México, Japón, Burkina Faso, Jamaica, España, etc.) donde se ha podido utilizar dicha
tecnología y estudiar las ventajas, así como las problemáticas solventadas para su ejecución, y
como el sector ya la ve como una herramienta indispensable para abordar este tipo de
proyectos, además de sus perspectivas de futuro