La tecnología médica, a pasos agigantados y en poco tiempo, ha desarrollado diferentes dispositivos para la detección y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, en particular del infarto del miocardio, siendo aún más sorprendente la incorporación de la nanotecnología, que ayudará a la cardiología a dar una dura batalla contra estos padecimientos que van en aumento por la arteriosclerosis, la obesidad y la vida sedentaria de nuestra sociedad contemporánea