Los Accidentes de Trabajo, a pesar que en los últimos años se han introducido
diferentes medidas legislativas principalmente en los países industrializados,
continúan en aumento, y suponen una media de 5300 muertes al día por causas
originadas en el campo de trabajo (Hämäläinen, 2009). En nuestro país desde la
implantación obligatoria de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) en
1995, se ha visto una tendencia positiva en la reducción de accidentes mortales en el
trabajo, tendencia que se confirma en otros países de nuestro entorno (Benavides et
al., 2005), aun así, algunos autores indican que esta tendencia no se debe
principalmente a la implantación de la LPRL (Santamaría et al., 2006).
Desde un punto de vista tanto global como nacional, con un número total de
accidentes con baja en jornada laboral para el año 2002 de 971.406 y para el año
2003 de 906.638, nos da una cifra de unos 2.500 accidentes de trabajo por día y
unas 23 muertes diarias (Benavides et al., 2006). En el año 2006 en España el
número total de accidentes con baja laboral, alcanzo la cifra de 1.030.373 con 1.338
fallecimientos, siendo estas cifras en el año 2007 de 1.777.648 y 826 respectivamente
(Informe de siniestralidad laboral 2006, 2007, Ministerio de Empleo y Seguridad
Social (MESS)). En el año 2008, se produjeron 1.739.765 accidentes y 831 fallecidos
y de ellos 258 fueron “in itinere”. El sector con más accidentes mortales fue el sector
servicios (327) y en segundo lugar el de la construcción (263) (Informe de
siniestralidad laboral, 2008 (MESS). Durante el año 2013, se produjeron y
notificaron en España 468.030 accidentes de trabajo con baja, de estos, el 86,4% se
produjo durante la jornada laboral (404.284) y el 13,6% restante se produjo en el
trayecto del domicilio al centro de trabajo o viceversa (63.746 accidentes de trabajo
con baja “in itinere”) (Informe de siniestralidad laboral, 2014 (MESS))