Van casi tres décadas que la educación superior privada nace y se expande
con una velocidad vertiginosa. No obstante su acelerado crecimiento se
acompaña de una crisis de legitimidad debido a la escasa correspondencia
de su oferta académica con las necesidades del entorno; por ende, de una
cuestionable calidad educativa. En este siglo XXI, la educación superior en
general se halla en un escenario de fortísimas tensiones que parecen no
disiparse con el tiempo. Justo ahí, debe observarse con especial cuidado el
desempeño de la universidad privada, que si bien es cierto, en un principio se
le concibió como un fenómeno de aniquilación a la escuela pública por la
ventaja de una supuesta educación de calidad; desde su masificación y
diversidad de profesiones ha sido objeto de críticas insoslayables. La
educación privada se ha dejado seducir por la educación neoliberal, por ello,
más que responder a las necesidades sociales, reproduce fielmente los intereses del mercado laboral. En ese contexto, la educación privada de
nivel superior en Zacatecas nace y se expande gradualmente desde 1985,
existiendo en la actualidad más de 11 planteles de este sector. Sin embargo,
muy pocas han alcanzado la reputación académica en virtud de pertenecer a
una red nacional de campi; otras, se encuentran en la lucha por concentrar
una matrícula que les asegure su permanencia en el Estado